GUERRERO
En la Casa de las Alhajas de
Cajamadrid hay ahora una exposición de Guerrero ¡que no os podéis perder por
nada del mundo!
No es muy grande. Ocupa la planta
baja de ese patio, el primer piso de ese balcón corrido que circunda ese
espacio, y una sala menor del enrevesado interior.
La primera parte es sencillamente
acojonante. Son los cuadros que el pintor granaino pintó en el más brillante
periodo de su carrera, en América, cuando formó parte del movimiento
"Action painting" en su segundo tramo. Destaca un cuadro en el
predominan el amarillo en diversos tonos, que le compró el Guggenheim para la exposición inaugural. Son cuadros
bellos, seguros, potentes.
Subo las escaleras y veo unos
cuadros parecidos ¡pues me gustan más los de abajo! Y según continuo veo que no
es lo mismo enero que febrero.
Leo un cartelillo, a mí no me
gusta leer cartelillos porque se entera uno de cosas que no vienen al caso, porque en una exposición de pintura lo interesante son los cuadros
¡y nada más que los cuadros! y si lo que ponen los cartelillos resulta más
interesante que los cuadros ¡malo! Y me entero de que el hombre, coincidiendo
con el fin de la "action painting" devorada por el pop, cae en una
depresión y lo atrapan con el psicoanálisis, que debe ser la puntilla, se
vuelve a España y la caga definitivamente.
A Guerrero, como a cualquiera,
las cuestas arriba, los inicios, le sientan DPM. Cuando vi la colección en
Granada, en el museo de Guerrero (que algo oí que la habían desparramado por
cuestiones hereditarias) no había ningún "Guerrero" -de los que yo
conocía- y sí muchos guerreros de cuando aún no era "Guerrero" me
quedé entusiasmado de la belleza y de la calidad de aquellas obras. Sobre todo
en relación con la época en la que fueron pintadas. Pero, claro, las pintaría
antes del cenizo de la guerra civil, porque en mi infancia y juventud la capa
de caspa que lo ocultaba todo era mucho más espesa que la de nieve en el norte de
este crudo invierno.
Debió sufrir mucho ese hombre
¡pero que le quiten lo pintao!
Eso de ser artista no sé como
resulta tan atractivo, porque suele ser una putada de mucho cuidado. Puede
ocurrir, y ocurre, que a artistas que están currando como cabrones no les
hacen el menor caso.
Porque es muy jodido estar a merced de los demás, sobre
todo si son poderosos. De modo que si no entronizan a un artista, lo cual es
extremadamente raro. es como si no existe. Y lo peor es que a las menores de
cambio destronan al entronizado. Lo que le pasó a Guerrero le pasa a muchos.
Que van navegando viento en popa, a toda vela. Y abren las compuertas ¡y al
triunfal navegante lo dejan en seco! Porque la vida de los artistas es más
larga que la vida de los estilos. Y el cambiar de estilo, aparte de lo difícil
que es, está muy mal visto.
Total, que como diría Sumers ¡hay
muchos juguetes rotos!
Moraleja: uno artistea si le da
la gana pero ¡pasando que es gerundio!
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