Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Singular.



CHAMÁN

Los chamanes son líderes espirituales que se remontan al neolítico o quizás antes.

Un chamán es una persona que tiene súper-poderes bondadosos. Tiene el poder de curar el cuerpo y el alma, explicando lo incomprensible al común de los mortales.

A pesar de que fueran comunes en la edad remota, lo son todavía en las "sociedades primitivas". Por lo que al haber aumentado tanto la población mundial, a pesar de que el chamanismo es algo residual, puede que ahora haya, en términos absolutos, más chamanes que nunca, pero en sociedades "subdesarrolladas".

Nosotros, la gente ilustrada del siglo XXI, nacida en el XX, no creemos en esas cosas, porque somos hijos de la ILUSTRACIÓN. Estamos iluminados por el SIGLO DE LAS LUCES.

La luz es indispensable para ver porque ilumina. Pero también deslumbra, con lo que oculta una realidad que al no poderse ver se piensa que no existe. Y tendemos a pensar que los antiguos eran gente atrasada y embrutecida, paralizadas por convicciones estúpidas, y no  creo que eso sea así.

El neolítico resulta tan remoto, tan ajeno, que parece que no va con nosotros. Lo cual no debe ser tan cierto. Porque Teilhar de Chardín advierte con una cita que "apenas si estamos soltando amarras del neolítico".

Por todos los indicios, los neolíticos no es que fueran distintos de nosotros, o parecidos. No. Eran idénticos a como somos nosotros ahora. Con idénticas cualidades. No hay ni una pizca de evolucionismo que nos distinga o nos separe de ellos.

En nuestra sociedad no se hace uso de los chamanes. El liderazgo se produce de otras maneras, por lo que los chamanes se dedican a otras cosas, y pasan desapercibidos a todo el mundo, incluso a ellos mismos.

¿En qué se nota que alguien es un chamán?

En que, por lo menos aparentemente, ha muerto y luego ha resucitado.

Porque claro, por más que le digan a uno de alguien que se ha muerto y que ha resucitado, si se le ve vivo se infiere que no se ha muerto. Que un paro cardiaco o algo parecido no es más que un episodio dentro de la vida.

Bueno, pero lo que está claro es que ha pisado el umbral de la muerte y ha podido ver, aunque sea por una rendija de esa puerta fatídica, lo que hay al otro lado. Y como solo se conoce lo que se ve, es decir, lo que se percibe, lo que se han vivido, tal situación adquieren un conocimiento muy singular. Una sabiduría de la que los demás carecemos.

Esa visión la tienen los que han accedido alguna vez a la condición de chamanes desde el momento de ese viaje de ida y vuelta al reino de la muerte, en la niñez, en la adolescencia, en la plenitud, o en la vejez ¡Pero hay casos extremos en los que esa visión se ha tenido antes de nacer!

Uno de tales casos es el de SUPERTEO. Y se le nota en la mirada. Otros recién nacidos miran más ingenuamente. Pero este no. Este tiene una mirada aguda, profunda y madura que fascina.

¡Por lo que está clarísimo que está predestinado a ser algo grande!

4 comentarios:

anA dijo...

Que bonito...me encanta este punto de vista. Precioso el texto y la ilustración que le acompaña. Un beso enorme y pronto se lo leeremos a teo.

ana dijo...

Qué bonito! Pues sí que tiene una cara especial, Teo. Tiene una expresión madura. Y es que el tío lleva ya mucho currado! Menudo chamanito más bueno! :)

saltes dijo...

Queridas Anas, Rubia y Morena ¡estoy deseando conocer a ese portento! Es q me encanta q tan pequeñito se haya currado su puesto en este mundo, como ya os dije una vez.

Arancha dijo...

:_)