TERGIVERSACIÓN DE LOS
ADJETIVOS.
Tiene nuestro léxico unos
adjetivos con connotaciones negativas que
los conceptos de los que proceden no tenían, o verdaderamente no tienen, pero
que terminan torciendo la verdad y sumiéndonos en la confusión y la estulticia.
Adjetivos como maquiavélico, cínico
y epicúreo son verdaderos insultos.
El estereotipo correspondiente al
maquiavélico es: "El fin justifica los medios". No parece que
Maquiavelo afirmara nunca semejante cosa. Según Abbagnano eso expresa más bien
la conducta jesuítica.
Maquiavelo, según veo yo, tiene la original
característica de tratar la política, la paz y la guerra como un tratado de
física, a la vez empirista y sistemático ¿Se podría decir de Newton que es
partidario de que alguien se despeñe por un precipicio porque enunciara la ley
de la gravedad? Luego si Maquiavelo dice que quien derroca a un rey matándolo
corre el peligro de ser derrocado a su vez por sus herederos. El corolario es
que si el usurpador no liquida también a los herederos tendrá problemas. El
señalar tal cosa no indica que sea partidario de tales atrocidades. Simplemente
está llevando el razonamiento a sus últimas consecuencias. Que no debiera dar ideas. Pues no sé.
Cinismo y epicureísmo son
doctrinas parecidas entre sí y son poco conforme con el cristianismo imperante.
Al cristianismo se le ha vinculado a Sócrates, Platón y Aristóteles, a los que
se les ha colocado en la incómoda posición de Padres de la Iglesia. Posiblemente
están denostadas esas doctrinas "menores" porque fundamentaban la
moral pagana ¿Y quién se acuerda de eso? Se acuerda la Iglesia, que tiene una
memoria de elefante.
El estoicismo, que es parecido a
las otras doctrinas, es el que sale mejor parado, porque no se le considera depravado.
De todos modos tampoco tiene muy buena prensa, porque al estoico se le considera
un huevón que soporta las mayores cabronadas sin decir ni pio ¡Y tampoco es
eso! En realidad está anatematizada porque estoica era la ética pagana.
Parece que los cínicos originales
nada tenían que ver con el sentido actual del término, ni los epicúreos, que no
eran ni salidos, ni glotones, ni despilfarradores, sino que verdaderamente se
parecían a los estoicos y a los taoístas que parecen partidarios de evitar
males mayores, tratando de vivir con lo menos posible, con pocas complicaciones
y conforme a la naturaleza, procurando no perturbarla excesivamente.
Doctrinas así tienen poca cancha
en nuestra historia. Se dan casos, como Miguel de Molina con su quietismo: Pero
terminó mal, cumpliendo la cadena perpetua literalmente, pero reconfortado, es
de suponer, por sus creencias.
Otra doctrina semejante a las
anteriores es el escepticismo. También anatematizado, es la bicha de la ciencia
moderna porque los escépticos siempre encuentran argumentos para rechazar cualquier
certeza. Pero el caso es que ningún filósofo de la ciencia se atreve a
garantizar la fiabilidad absoluta de ninguna teoría. Ergo, si eso no es
escepticismo ¡que venga Dios y lo vea!
A mí es que esos adjetivos no me
parecen tan malos.
1 comentario:
Pues siempre aprendo leyéndote. Me has hecho consultar el diccionario de la Real Academia, y si, tienen sentido negativo.
Quizá el de María Moliner sea más preciso.
Un beso,
Ángela
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