LAS PLANTAS.
Me acabo de releer, después de
muchos años, el libro Jean-Marie Pelt "Las
plantas" y me ha encantado de nuevo. Está más que agotado pero me
parece que aún se puede encontrar. Ahora me estoy releyendo "La historia más bella de las
plantas" del mismo autor, y de otros, que más o menos cuenta la misma
historia, pero de otro modo.
Es una historia evolucionista
pero referida a los vegetales. Y lo más gracioso de todo es que los vegetales y
los animales no son tan distintos. Y no lo son porque unos proceden de los
otros. Los animales, según Pelt, proceden de los vegetales. Y a propósito de
esto hace un chiste malo: el hombre viene del mono y este de los árboles.
También tienen el mismo origen los hongos, que no son ni animales ni vegetales
pero se parecen más a estos.
Pero más gracioso aún es que las
dificultades que vegetales, animales y hongos han de superar para colonizar la
tierra emergida es parecida, aunque no las soluciones que unos y otros arbitran.
Del reino animal emigraron fuera
del agua principalmente vertebrados, artrópodos, anélidos y de los moluscos tan
solo los gasterópodos, me parece. Del reino vegetal han evolucionado con un
cierto paralelismo primero los musgos que están en el lugar de los anfibios,
porque aunque pueden soportar la sequedad de la tierra emergida solo viven en
plenitud en un estado de intensa humedad, que es indispensable para
reproducirse. El mismo atavismo tienen los helechos, pero al haber inventado la
madera han llegado a alcanzar el porte arbóreo, con lo que parangonan con el
gigantismo propio de los vertebrados. La invención de la flor y la semilla ha
supuesto el despliegue total. Primero más toscamente en las coníferas que son
comparables a los reptiles. Y por último la plenitud de las fanerógamas
comparables a los mamíferos, en lo que a la perfección evolutiva se refiere,
aunque probablemente los vegetales hayan alcanzado cotas de perfección
desconocidas en el reino animal.
Esa posible ventaja de vegetales
sobre animales se refiere a un asunto tan fundamental como es la reproducción. Por
ejemplo en los vegetales poco evolucionados impera la separación de sexo, por
ejemplo en las cicas y en los guingos, auténticas reliquias del pasado, hay plantas que son
macho y otras hembra. También se da esta separación sexual en otros vegetales también antiguos, pero menos, como sauces y
palmeras, aunque es debido a inhibiciones sexuales. Mientras que en los más
evolucionados impera el hermafroditismo. En los animales es al revés. Los menos
evolucionados como los insectos palo son hermafroditas mientras que los más
evolucionados se dividen en machos y hembras. De todos modos los vegetales
intentan por todos los medios evitar la consanguineidad, aunque en último extremo
pueden optar por la autofecundación.
Entre animales y vegetales hay un
rollo sexual. Sobre todo con los insectos, pero también con vertebrados, sobre
todo pájaros pequeños. Tal rollo es, por lo general, en el fondo putero, porque
mientras que la plantas seducen con sus órganos sexuales a los bichos para
fecundar y ser fecundadas, estos lo que suelen buscar es alimentarse ¡para el
caso es como buscar pasta! Aunque no siempre es así, porque entre las muy
evolucionadas orquídeas las hay que simulan tan perfectamente ser hembras de
insectos ¡que los machos las prefiere a las auténticas! Porque imitan, corregidas
y aumentadas, formas, olores y colores. En este caso el putismo es de índole
vegetal.
No se podría decir que las
plantas están menos evolucionadas que los animales, ya que han alcanzado metas
que los bichos no han logrado, como son las semillas. En una semilla permanece
el óvulo ya fecundado y está en potencia toda la planta, a la espera de que se
den las condiciones óptimas de viabilidad, y así puede esperar mucho tiempo.
Hasta miles de años. Se ha conservado una semilla de altramuz ¡10.000 años! Los
que pudieron ver la mata que la produjo eran neolíticos. Los animales disponen
el óvulo pendiente de ser fecundado por un espermatozoide. Y cuando tal ocurre
el proceso o se consuma o fracasa. Ese sistema lo tenían las plantas hace mucho
tiempo, pero lo abandonaron. Tan solo quedan como reliquia las cicas y los guingos.
En el libro dicen que los
vegetales, a diferencia de los animales, aparentemente no se desplazan, pero si
lo hace polen y semillas ¡Es cierto! pero en mi modesto entender a los animales
les pasa igual. Inicialmente estaban sujetos al suelo, y muchos lo están
todavía. Es el caso de los espongiarios, los celentéreos, las ascidias, los
equinodermos y otros seguramente. Y se desplazaron esperma y formas larvarias.
Algunas de estas se emanciparon: formas larvarias de espongiarios son viajera,
como son las medusas respecto a los corales.
Y nosotros mismo somos
descendientes del anfioxo, forma larvaria de la ascidia ¡Que está totalmente
pagada al fondo marino! http://salterio.blogspot.com.es/2007/07/un-pasado-gelatinoso.html
Lo que es cierto es que los vegetales conservan fuera del agua un atavismo del que todos los animales emergidos nos hemos librado.
Lo que es cierto es que los vegetales conservan fuera del agua un atavismo del que todos los animales emergidos nos hemos librado.
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