LA CAJA FUENCARRALERA.
Mi amigo Pedro lleva años soñando
con asar un cerdo en una caja china, y por fin el sábado pasado satisfizo su
antojo.
La idea inicial era construir una
caja china. Que, como me dijo mi consuegro Curri, es un invento americano,
basado en el procedimiento de asar carne que tenían los chinos que fueron a los
Estados Unidos a trabajar en la construcción del ferrocarril. Enterraban la
carne, creo que en carbón, y encima hacían una fogata. Al cabo de un tiempo
apartaban el fuego, desenterraban la carne, que estaba hecha.
Si miráis en el Google veréis
cajas chinas. Aparte de esa especie de cascabeles cuadrados de madera que son
la cajas chinas musicales, hay cajas chinas para asar. Son metálicas,
recubiertas en el exterior con madera, supongo que para que sirva de
aislamiento y tapada con una bandeja
sobre la que se hace el fuego. En un vídeo se ve uno de esos aparatosos asados.
Sacan el cochino que por abajo está frío y crudo como era de esperar.
Hace varios años hicimos, como el
sábado pasado, una reunión multitudinaria de amigos y familiares y asamos un
cerdo de 22 kilos sobre una parrilla zancuda. Gastamos una enormidad de leña y
al final tuvimos que rematar la faena en el horno de la cocina. Fue un fracaso
pero lo pasamos muy bien. Resueltos a repetir la hazaña en versión mejorada,
hace más de un año nos pusimos manos a la obra. Os cuento lo que hice:
Compramos ángulos perforados de
estantería metálica, tornillos con tuercas y estantes de chapa de hierro. Realmente
hice un armario, con puertas delanteras, una superior, que no hace falta, y un
agujero arriba en un rincón, para encajar un tubo de chimenea. Dentro una
parrilla zancuda, y debajo otra parrilla para poner el carbón.
Prendimos fuego en el interior y
pusimos carbón en la parrilla bajera, como para asarlo, pero las brasas de
abajo lo alcanzaban y lo prendían ¡Qué éxito! Como en esta época del año los
cochinos ya están muy grandes no pudimos traer uno como el de la vez anterior,
sino uno pequeño, un costillar de un guarro que entero pesaba 50 kilos, su
secreto, su panceta, morcillas, chorizos etc.
Además la plancha de arriba se
pone calentita para asar cosas menores, como casabe, que es una torta
dominicana riquísima, que, con un chorrito de aceite, nos comimos con las
orejitas del chancho, regado con cocacola y ron dominicano de primera, porque
esa primera ingesta es privilegio de los cocineros. Y además de que todo quedó
perfectamente cocinado gastamos muy poco carbón. Por lo que actuamos dentro de
los parámetros ecológico y de sostenibilidad.
Todos los asistentes, del orden
de treinta, quedaron encantados. No me enteré con mucho detalle porque primero
hice de pinche y luego de camarero, pero el ambiente era de lo más
gratificante.
Os doy tantos detalles técnicos por
si os animáis a construiros una caja así, más que china fuencarralera porque el
evento tuvo lugar en el pueblo de Fuencarral, que con su humeante chimenea
parecía una estática locomotora. Era como un homenaje a los chinos que dotaron a USA del ferrocarril, y de
la caja china.
2 comentarios:
¡Y lo rico que estaba!
La caja china es buenísima. Y queda muy bien en imágenes. Como la vea Tim Burton te la compra.
¡Tim Burton puede hacer horrores con esa caja!
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