Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 22 de abril de 2012

La celebración de un día más que cuenta como un año.




ESTAR AL LORO.

El jueves pasado, como ya os dije, fue mi cumple. Y lo celebré en muy buena compañía, con mis chicas. Es decir, con Marta, mi compi de la vida, y nuestras hijas Isa y Anusk.

Para celebrarlo fuimos a cenar a un chino, como tenemos por costumbre. Pero no a un chino de barrio, sino a uno de nivel. Después de un repasillo a las referencias que tenemos optamos por "Le Dragon", en el nº 2 de Gil de Santivañes, que es una calle pequeña que da a Serrano entre Recoletos y Villanueva.

Lo pasamos divinamente. El sitio está muy bien decorado, las mesas bastante aisladas a pesar de haber muchas, de modo que no pasa uno el apuro de comer junto a desconocidos. La comida riquísima, sobre todo "dimsum" y semejantes, que allí tienen un surtido enorme. No tomamos postre y tan solo Anusk y yo tomamos té de jazmín. (Como sabréis el té de jazmín no es más que té verde con jazmines, que, en mi opinión, son milagrosos, porque el té verde a mí me parece que huele a establo y con los jazmines se borra ese olor tan desastroso).

Ya nos disponíamos a pedir la cuenta, y las chicas sacaron un regalo. Un escáner, que el anterior pasó a mejor vida, y aunque es compacto la caja es voluminosa, y envuelto como estaba en papel craft y rodeado por una interminable cinta verde matalizada resultaba un regalo con identidad. Miré por un rinconcito y lo identifiqué ¡Gran entusiasmo, gracias y besos! Y a pesar de lo innecesario de la operación deshice el envoltorio y lo miré extasiado.

Estábamos a punto de irnos ¡y viene el camarero con un pastel, de tamaño y forma de una magdalena, con una velita encendida! ¡AH! ¿Pero cómo lo ha notado! Bueno, fenomenal, me encantó. Estaba riquísimo, de chocolate sólido por fuera y más bien líquido por dentro, parecía pequeño, pero era contundente. Y de nuevo viene el camarero y nos pregunta que si nos apetece una copita de cava, que nos invitan ¡Cómo no! ¡Muchas gracias! Y viene con una botella, nos escancia unas copas y la deja en la correspondiente cubitera cubierta con dos servilletas, una como bufandita y otra como manto, para que no pierda frío.

Ya me diréis si eso no es estar al loro y si no son majos y simpáticos.

Este post nº (parece que) 273 del Salterio, se lo dedico a mis chicas.

2 comentarios:

Ana dijo...

¡Qué buena velada! ¡Y qué rico dimsum! ¡Feliz cumpleaños otra vez!

saltes dijo...

Muchas gracias,. Pues sí q fue una velada muy buena!