LA PUERTA DEL PARAISO.
Que la Toscana es un destino turístico de primer orden no es una novedad. Lo tiene todo. Muy destacable es un arte renacentista de la mejor calidad en un volumen inaprensible e inagotable.
Y para los amantes del arte enológico ¡qué vamos a decir!
Personalmente prefiero el renacentista, aunque no desprecio el otro, pero es que soy un poco lerdo. Lo digo porque en una cata a ciegas que hicimos en Greve in Chianti puntué lo más alto al más barato y lo más bajo el más caro. Me consuela pensar que con esos criterios se puede alcanzar la felicidad, sin vaciar el bolsillo, y también el limbo.
Y lo mejor de todo es el paisaje. Hermosísimo con valles donde destacan los viñedos, los olivares, las acacias, los pinos y los cipreses que están limpios de toda connotación fúnebre.
Pero claro, el tema está en saber desde dónde “atacar” con más eficacia.
Desde la experiencia vivida en una feliz estancia de una semana, no tengo más remedio que, por lealtad a la familia que tan amablemente nos hospedó y por lealtad a vosotros –seguidores de este blog- notificaros que AGRITURISMO ANNITA es un lugar ideal. Habrá otros, pero de los que no puedo dar fe. Por este pongo la mano en el fuego.
Y para los amantes del arte enológico ¡qué vamos a decir!
Personalmente prefiero el renacentista, aunque no desprecio el otro, pero es que soy un poco lerdo. Lo digo porque en una cata a ciegas que hicimos en Greve in Chianti puntué lo más alto al más barato y lo más bajo el más caro. Me consuela pensar que con esos criterios se puede alcanzar la felicidad, sin vaciar el bolsillo, y también el limbo.
Y lo mejor de todo es el paisaje. Hermosísimo con valles donde destacan los viñedos, los olivares, las acacias, los pinos y los cipreses que están limpios de toda connotación fúnebre.
Pero claro, el tema está en saber desde dónde “atacar” con más eficacia.
Desde la experiencia vivida en una feliz estancia de una semana, no tengo más remedio que, por lealtad a la familia que tan amablemente nos hospedó y por lealtad a vosotros –seguidores de este blog- notificaros que AGRITURISMO ANNITA es un lugar ideal. Habrá otros, pero de los que no puedo dar fe. Por este pongo la mano en el fuego.
De modo que si alguien piensa poner proa a la Toscana lo suyo es que le eche un ojo a http://www.agriturismoannita.it/ que está en Tavarnelle Val di Pesa. Nos costó el alquiler de la casita 680 € una semana. O sea que nos salió a 24 € por persona y día. No está mal ¿no? Y además cuando llegamos nos obsequiaron con una especie de cesta de navidad de bienvenida.
Está en la provincia de Florencia y por ello muy cerca de la capital. Al noroeste Pisa y Luca. También muy cerca al suroeste San Giminiano. Un poco más al sur está Siena. Al sureste Arezzo. Y un poco más alejado, ya en la Umbria, en la misma orientación están Peruggia y Asis y en el camino se encuentra el lago Trasimeno.
Como hicimos una exploración a fondo de todos esos lugares en la casa de Annita paramos poco, pero lo suficiente como para disfrutar del lugar, que es una auténtica y verdadera granja con lagar y bodega. El tractor por allí, que parece que lo andaban reparando. Otros vehículos, garrafas, palés de botellas aún sin llenar, un enorme depósito de acero inoxidable para fermentar el vino junto a la bodega y dentro tienen otros.
La tarde anterior a la partida fuimos mi hija Anita y yo a liquidar. Estaba la bodega con la luz encendida y entramos. Allí estaba Ricardo, que es el cabeza de familia, tiene media edad, la cabeza rapada sobre la que tenía las gafas. Con su delantal puesto estaba llenando botellas con vino del 2008, porque había que dejar sitio para la vendimia que comenzarían en la semana siguiente. Le estaba ayudando un somelier amigo suyo.
¡Hola qué tal! ¿No queréis una copita?
Y se fue a buscar unas copas. Y del mecánico pitorro de la misma máquina de llenar botellas nos escanció las copas ¡de la mecánica teta! El somelier nos miraba poniendo cara de hombre invisible.
¿No queréis llamar a su familia?
Pues sí. Y nos fuimos a buscar a nuestras parejas.
Más copas, más escanciamientos por el mismo procedimiento y más brindis.
En esto llegan Paola, la cabeza de familia, que es recortadita y risueña y Annita, su madre, por la que le pusieron el nombre a la casa rural, que ya tiene 80 años y que habíamos visto de lejos como una sombra, pero que con el bullicio se fue animando y riendo, aunque a ella no le dieron vino.
Estábamos en alegre tertulia cuando llega alguien más. Eran dos franceses más bien grandes, uno gordo y otro flaco, que con sus esposas habían alquilado el otro apartamento. Venían con una botella vacía para llevársela llena y apuntar su importe en un papel colgado en la pared, para liquidar cuando se fueran.
Se sorprendieron un poco, pero entraron y Ricardo les ofreció unas copas.
Siguió la animada conversación sobre temas vinícolas. El somelié salió de su reserva y dijo que había estado en España un par de veces y en Madrid y que el vino de Madrid es bueno.
Yo veía que pasaban de los depósitos de acero inoxidable a las botellas, pero no veía barricas de madera. Ricardo decía que si que tenía ahí dentro.
Y el francés más gordo intervino, sacó barriga, que palmeó ruidosamente, diciendo en español, que esa era su barrica, que estaba llena con “mucha” vino.
Paola preguntó que si para ella no había vino.
¡Ya no tengo más copas! dijo Ricardo y le dio la suya que retuvo un buen rato y luego compartió.
Nos regalaron una botella aún sin etiquetar ni precintar y a los franceses otra. Fué divertidísimo, y al rato nos fuimos cada mochuelo a su olivo.
Cuando ya habíamos cenado y estábamos iniciando una partida de continental, aparecieron Paola, con un pastel recién hecho, y Ricardo con dos botellitas de licor, una de grappa y otra de una especie de mistela de nueces. Nos dijo Ricardo que ya habían terminado la tarea. Estuvimos un rato aplicados al pastel y al licor.
Nos despedimos provisionalmente hasta el día siguiente que lo hicimos definitivamente. Los franceses salieron inmediatamente antes.
Y yo pregunto ¿no es esa una base de operaciones a tener en cuenta?
Está en la provincia de Florencia y por ello muy cerca de la capital. Al noroeste Pisa y Luca. También muy cerca al suroeste San Giminiano. Un poco más al sur está Siena. Al sureste Arezzo. Y un poco más alejado, ya en la Umbria, en la misma orientación están Peruggia y Asis y en el camino se encuentra el lago Trasimeno.
Como hicimos una exploración a fondo de todos esos lugares en la casa de Annita paramos poco, pero lo suficiente como para disfrutar del lugar, que es una auténtica y verdadera granja con lagar y bodega. El tractor por allí, que parece que lo andaban reparando. Otros vehículos, garrafas, palés de botellas aún sin llenar, un enorme depósito de acero inoxidable para fermentar el vino junto a la bodega y dentro tienen otros.
La tarde anterior a la partida fuimos mi hija Anita y yo a liquidar. Estaba la bodega con la luz encendida y entramos. Allí estaba Ricardo, que es el cabeza de familia, tiene media edad, la cabeza rapada sobre la que tenía las gafas. Con su delantal puesto estaba llenando botellas con vino del 2008, porque había que dejar sitio para la vendimia que comenzarían en la semana siguiente. Le estaba ayudando un somelier amigo suyo.
¡Hola qué tal! ¿No queréis una copita?
Y se fue a buscar unas copas. Y del mecánico pitorro de la misma máquina de llenar botellas nos escanció las copas ¡de la mecánica teta! El somelier nos miraba poniendo cara de hombre invisible.
¿No queréis llamar a su familia?
Pues sí. Y nos fuimos a buscar a nuestras parejas.
Más copas, más escanciamientos por el mismo procedimiento y más brindis.
En esto llegan Paola, la cabeza de familia, que es recortadita y risueña y Annita, su madre, por la que le pusieron el nombre a la casa rural, que ya tiene 80 años y que habíamos visto de lejos como una sombra, pero que con el bullicio se fue animando y riendo, aunque a ella no le dieron vino.
Estábamos en alegre tertulia cuando llega alguien más. Eran dos franceses más bien grandes, uno gordo y otro flaco, que con sus esposas habían alquilado el otro apartamento. Venían con una botella vacía para llevársela llena y apuntar su importe en un papel colgado en la pared, para liquidar cuando se fueran.
Se sorprendieron un poco, pero entraron y Ricardo les ofreció unas copas.
Siguió la animada conversación sobre temas vinícolas. El somelié salió de su reserva y dijo que había estado en España un par de veces y en Madrid y que el vino de Madrid es bueno.
Yo veía que pasaban de los depósitos de acero inoxidable a las botellas, pero no veía barricas de madera. Ricardo decía que si que tenía ahí dentro.
Y el francés más gordo intervino, sacó barriga, que palmeó ruidosamente, diciendo en español, que esa era su barrica, que estaba llena con “mucha” vino.
Paola preguntó que si para ella no había vino.
¡Ya no tengo más copas! dijo Ricardo y le dio la suya que retuvo un buen rato y luego compartió.
Nos regalaron una botella aún sin etiquetar ni precintar y a los franceses otra. Fué divertidísimo, y al rato nos fuimos cada mochuelo a su olivo.
Cuando ya habíamos cenado y estábamos iniciando una partida de continental, aparecieron Paola, con un pastel recién hecho, y Ricardo con dos botellitas de licor, una de grappa y otra de una especie de mistela de nueces. Nos dijo Ricardo que ya habían terminado la tarea. Estuvimos un rato aplicados al pastel y al licor.
Nos despedimos provisionalmente hasta el día siguiente que lo hicimos definitivamente. Los franceses salieron inmediatamente antes.
Y yo pregunto ¿no es esa una base de operaciones a tener en cuenta?
4 comentarios:
¡Pues si que lo hemos pasado bien en La Toscana!
Y es verdad que Agriturismo Annita es un lugar fantástico para visitar toda la zona, sobre todo porque salimos a 24 euros por persona y noche (hay una errata en el post, que pone 42). Lo digo por si alguien piensa en ir a este alojamiento... Pero vamos que se vaya a este alojamiento o a otro de la zona, lo que está claro es que La Toscana es un lugar genial para pasar unas vacaciones, y no muy caro, como se suele pensar. (También hay vuelos baratos con Ryanair a Bolonia).
Ana, el error ha sido debidamente subsanado. Son 24 € por persona y noche. Eso y mucho más lo merece la Toscana.
Gracias Tomás por este delicioso blog. No lo había leído hasta ahora y me lo he pasado muy bien. A partir de hoy seré una asidua. Estoy de acuerdo contigo en que la Toscana es un paraíso, aunque sea una tontería insistir, pues de todos es bien conocido.
¡Gracias Lola1 ¿estás ahora en Londres? Creo q no tengo tu correo.Bss
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