No creo que pueda haber nada mejor que lo corriente, si lo corriente es bueno, naturalmente.
Y nada mejor que ser corriente, porque de no ser así todos estaremos condenados al fracaso.
Creo que el pueblo llano nos bastamos y nos sobramos para hacer lo que proceda y no necesitamos de los cinco estrellas. Claro que cuando uno corriente está sobrado recibe con toda justicia la etiqueta de cinco estrellas. Pero no deja por ello de ser corriente.
También hay “cinco estrellas” por casta y son un lastre.
Relacionado con esto hay una convicción que tengo que a mi amigo Agapo le hace gracia. Y es que cuando los que están en planos superiores al propio meten la pata se suele decir que parece mentira, que no tendría que equivocarse. Pues menos mal que se equivocan, digo yo, porque si los que se las dan de ser mejores que uno mismo lo fueran realmente, sería horroroso. Y el que se equivoquen es la prueba irrefutable de que no es verdad que sean intrínsecamente mejores.
Pero lo corriente tiene mala prensa. Lo que gusta es lo raro. Hay cosas que son buenas y otras malas. Y hay cosas corrientes y otras que son raras. Se suele identificar lo bueno con lo raro y lo corriente con lo malo. Eso es un error porque hay cosas corrientes que son muy buenas, como el agua corriente, por lo menos en muchos sitios como en Madrid.
“Antes muerta que sencilla” decía en la tele una estrella fugaz hace unos años. Está claro que la sencillez tiene pocos partidarios. Tiene más lo enrevesado, lo retorcido, lo raro, lo escaso. De modo que cuando cosas que se tienen en mucho aprecio bajan de precio no solo se deprecian, sino que se desprecian, que no es lo mismo. El pollo, por ejemplo, cuando yo era pequeño era un manjar, que comíamos una vez al año por navidad y al que mi madre le sacaba tres guisos.
Con el salmón pasa tres cuartos de lo mismo. Se suele decir “antes era mejor”. Pues yo antes el salmón fresco no lo probé, luego no tengo esa referencia, y eso será lo que le pase a mucha gente. Vaticino que dentro de poco la langosta y el bogabante darán arcadas porque cada vez están más baratos.
Pero es que vivimos en una sociedad mercantilizada a tope que fomenta un consumismo feroz para lo que se vale de efectos muy diversos y aparentemente contradictorios, que se concilian con un fin: ganar mucho dinero.
Por una parte tiran los precios y por otra los suben hata extremos de indecencia apoyándose en ese irresistible y universal ansia de peer en botija.
Como os prometí en el post anterior os muestro unos bocetos y unos cuadros terminados relativos a dicho post.
4 comentarios:
Otra vez te sales con tus cuadros, jefe!!
Y el detalle del enchufe en la foto es cojonudo, eso sí que es corriente!!!
el comentario del pollo y el salmón me suena.......
UN saludo!!!!!
El enchufe, gefa, lo podría haber borrado facilmente. Y lo pensé. Pero, no sé, le da 1 puntito energico, de corriente alterna.
Y es q los cuadros son la continuación D los anteriores. Es q todos juntos me parecía mucho. Y separados puede q también.
Carmela. Si sigues con las visitas ¡T sonarán tantas cosas!
T echaré D -
Un beso
Que bonitos de cuadros.
Sobre lo chulo de lo corriente, hay una cita de Einstein que dice más o menos que cualquier idiota astuto puede hacer las cosas más grandes, más complejas y más sofisticadas, pero que se requiere un toque de genialidad y mucho coraje para hacer justo lo contrario
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