SERÁFICO O SATÁNICO RETRATO.
Hace ya tiempo os hablé (en el post que podréis ver cliqueando en el asterisco rojo*) de que no habría que descartar la existencia real de ángeles. Que de ser malos serían diablos o demonios. Diríamos que tales ángeles serían aves humanizadas.
Es un hecho que existen hombres. Y a los hombres los podemos considerar monos humanizados. Porque no es que los hombres descendamos de los monos. No. Un hombre es un puto mono. Diferente de otras especies de monos, porque todas las especies son diferentes de las demás ¡obviamente! porque si no, no serían especies. Y ¿cuál es el rasgo característico de la especie humana? Pues que tiene humanidad. Y humanidad no es necesario definirla aquí porque todo el mundo sabe, más o menos, lo que es.
Pero ¿es que la humanidad tiene que estar alojada necesariamente en monos? Pues no creo que necesariamente tenga que ser así. Podría estar alojada en otra clase de animales, como aves. O en otra clase de bichos, como moscas. Especulación que os ofreceré próximamente en el post titulado “La drosofila sapiens”.
De estar alojada la humanidad en aves darían lugar a ángeles.
Pero ¿qué clase de aves?
Pues tendrán que ser, como os dije, loros. Porque hablan y se manejan con las manos, o por lo menos con una de ellas, porque la otra la necesita para sustentarse. Que tendrá que ser una extremidad inferior, porque la superiores en las aves son alas, que tienen un uso mucho más emocionante del que hacemos nosotros de las nuestras.
Pero no cualquier loro, como no es hombre cualquier mono. Hay muchas clases de loros: papagayos, guacamayos, cotorras, cacatúas, periquitos, y otros con nombres menos conocidos. Como todos los monos tienen algo de humanidad, todos los loros tienen algo angelical o diabólico.
En nuestro paraíso particular ¡han aparecido loros! Es decir, presuntos parientes de ángeles-demonios que se posan en un decrépito manzano, que tenemos, para comerse las manzanas. Que la verdad es que para árbol de la ciencia del bien y del mal no da el tipo. También teníamos un cerezo, un ciruelo y un peral que ya han palmado y el manzano va de camino.
Estos loros, como monos, van en ruidosas manadas y dan gritos para avisarse de cosas.
Volvemos al tema ¡porque he conseguido retratar a uno! Que os muestro a continuación. Que se está comiendo, como Eva y como Adán, una manzana. Que sostiene con una mano ¡como Dios manda!
Es que cuando digo que esto es un paraíso ¡no lo digo de cachondeo! Y es que hay muchos paraísos, pero hay que fijarse, porque si no, no se distinguen y para el caso es como si no los hubiera.
2 comentarios:
¡Pues no es de cachondeo la pinta humana del loro de la foto! ¿Y decía algo?
Uno loro muy simpático que tienen los tíos de mi amiga Ale en México decía un montón de cosas, pero la mejor era: ¡Pancho, pendejo! (a su tío) :-)
Si q dice, pero yo es q no lo entiendo.
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