Hay actos que se ejecutan mecánicamente, sin reparar uno en ellos, pero que en el fondo de nuestro espíritu producen una sorda emoción. Uno de ellos es subir en ascensor.
Recuerdo perfectamente la primera vez que subí en un ascensor. No recuerdo qué edad tendría. Desde luego menos de diez años. Aquellos días estaba en casa una costurera. Era corriente que durante unos días fuera a las casas una costurera que ayudaba a la dueña a echar fuera el trabajo de costura que traía entre manos.
Aquella era muy simpática. Sus familiares habían vivido en Filipinas y me contaba truculentas historias de los salvajes cortadores de cabezas de aquellas tierras. Me dijo que tenía en su casa una panoplia de armas de aquella gente que prometió enseñarme. No recuerdo si fui a su casa o la trajo a la mía. Pero quedé decepcionado, no por las formas -que implicaban terrible peligro- que eran apasionantes, sino por los tamaños, ya que estaban en miniatura.
Mientras que ella cosía hablábamos sin parar. Y no se como salió en la conversación el tema de los ascensores. Por aquella época en toda Huelva no había más que uno. El del edificio recién construido en la Placeta ¡de nada menos que seis pisos!
¿Quieres subir en él? me dijo. Yo asentí entusiasmado.
Y fuimos. Entramos en el edificio. Luego en el ascensor. Pulsó el botón del último piso. Y el ascensor ¡ascendió!
Le dije un poco avergonzado
¿A dónde vamos?
¡Pues aquí!
Descendimos y volvimos a casa. Estaba satisfecho de haber volado dentro de esa caja.
Eso que parece, y es, cosa de niños pasa más de lo que creemos que pasa. Por ejemplo en el Reina Sofía. El edificio del Reina Sofía es epígono de una arquitectura tradicional llevada al gigantismo. Pero para museo de arte contemporáneo es, para mi gusto, de lo más inapropiado. Dicho con otras palabras, para esa función resulta feo de cojones.
Y ¿qué se les ocurrió para modernizarlo? Pues una solución infantil: ponerle unos ascensores del copete.
Luego lo quisieron apañar con un nuevo despropósito: la moderna trasera de Nouvel. Y todo eso despreciando un Museo de Arte Contemporáneo en la Ciudad Universitaria, que ya teníamos ¡que es un bellísimo edificio! pero que el pobre tiene la negra.
Total que una tarde en que visitaba con mi cuñada Marisa el Reina y cuando estábamos a punto de ascender en uno de los acristalados ascensores, veo en la calle a Lola, que es una discípula mía muy predilecta ¡pero no a mucho más de tres metros! Y en ese momento se obró el milagro, ya que es maestro se fue elevando en la transparente cápsula, saludando a su discípula, que quedó en tierra, correspondiéndole con su saludo.
Y ¿qué se les ocurrió para modernizarlo? Pues una solución infantil: ponerle unos ascensores del copete.
Luego lo quisieron apañar con un nuevo despropósito: la moderna trasera de Nouvel. Y todo eso despreciando un Museo de Arte Contemporáneo en la Ciudad Universitaria, que ya teníamos ¡que es un bellísimo edificio! pero que el pobre tiene la negra.
Total que una tarde en que visitaba con mi cuñada Marisa el Reina y cuando estábamos a punto de ascender en uno de los acristalados ascensores, veo en la calle a Lola, que es una discípula mía muy predilecta ¡pero no a mucho más de tres metros! Y en ese momento se obró el milagro, ya que es maestro se fue elevando en la transparente cápsula, saludando a su discípula, que quedó en tierra, correspondiéndole con su saludo.
10 comentarios:
Jajaja socio, muy bueno, me ha hecho mucha gracia tu ascensión.
¡estuvo divina! socio.
Jajajajajajaja!
:-)
¡no T rias, q eso es muy serio!
Hola, ya se que no tiene nada q ver con su articulo, pero me gustaria saver si ustes es el mismo Saltés que hizo las ilustraciones para un libro de programacion llamado Basic Basico
Hola Cristian. Si yo soy el autor de esas ilustraciones. Un abrazo.
Hola! gracias por contestar
Cuando tenia 8 años mi padre me regalo el libro Basic Basico.
Ademas de intentar aprender a programar, me pasaba domingos enteros riendo con los dibujos, le doy las gracias por esos momentos.
Actualmente soy programador.
Tenia el libro criando polvo casi 15 años, cuando hace unos 2 comenze un proyecto para programar un videojuego en Basic.
Me acorde del libro, lo busque, y me esta siendo de gran ayuda, ademas de hacerme recordar viejos tiempos.
Me es imposible saver como contactar a algun autor del libro,*aunque me gustaria*, pero si alguna vez usted ve a alguno, dele las gracias de mi parte...
Y hagales saber, que veititantos años despues, su libro me es util para un proyecto actual, y lo sigo leyendo
Yo mismo, estoy construyendo un tutorial de programacion Basic en mi pagina web, aunque orientada a la programacion de videojuegos..
Gracias, disculpe tantas palabras :)
¡Su segundo comentario me ha dado aún más alegría que el primero!
Cuando se editaron esos libros, sus autores y yo éramos profesores en el instituto Herrera Oria de Madrid. Ellos de matemáticas y yo de dibujo.
Hace años que no coincidimos. Algunos de ellos, y puede que todos , estén jubilados.
Es posible que alguno esté aún en activo en el instituto Príncipe Felipe.
Si doy con alguno ¡le daré recuerdos!
¡Es un placer que mantengamos este contacto!
¡No deje de visitar este blog y comentar!
Hola, gracias por su respuesta!
Seguire revisando su blog, no lo dude.
En mi pagina web, estoy haciendo un pequeño analisis del libro Basic Basico, y me gustaria saver si no le es problema que cuelge algunos de sus dibujos para acompañar, y un enlaze a su blog.
No se si tienen copyright o algo similar.
Me gusta muchisimo su estilo de dibujo, aunque devo admintir que no entiendo nada de arte...
Gracias!
Cristian.
Mi criterio es que se puede hacer libre uso de las ideas y realizaciones de los demás salvo si el uso es lucrativo.
En tal caso hay que compensar proporcionalmente al autor de las obras utilizadas.
Obre en consecuencia.
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