Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 2 de noviembre de 2008

Peor el remedio que la enfermedad.

Este post, precedido de este dibujo del Salterio se lo dedico a Carmen y a Manolo, testigos de estos hechos.
EL CASO DE LA BOLSA ENSANGRENTADA.

Poco después de que se hubiera desatado una gran tormenta, corría por un pasillo del Instituto una profesora de bata blanca que llevaba colgando de una mano una ensangrentada bolsa de plástico.

A consecuencia del meteoro se formó un gran charco en una de las azoteas al quedar obstruido un sumidero, situado en una esquina, a menos de un metro del borde. Providencialmente visitaba la casa el aparejador del ministerio y se le pidió que solucionara el problema.

Tales azoteas carecen de acceso directo, de modo que subió el aparejador por una empinada escalera de hierro seguido de un conserje de corpulenta humanidad propia de su anterior profesión. Había sido madero.

Ya en la cumbre se podía ver un hermoso charco formado en la cóncava cubierta con el desagüe evidentemente obstruido. ¿Tiene usted un palo? Preguntó el aparejador al conserje. Este respondió afirmativamente y bajó raudo, volviendo al instante no con un palo sino blandiendo con ligereza una larga y gruesa barra de hierro.

Se aplicó con determinación a la tarea, hundiendo con vigor repetidas veces la barra en el agujero. Enseguida empezó a correr el agua y a los pocos minutos desapareció completamente. Sentenció el aparejador:

¡Ya está resuelto el problema!


* * *

¡¿Qué pasa?! Le preguntaron a la profesora que corría.

¡No sé!, dijo.

Contó que estaban haciendo prácticas de disección en un laboratorio, y del cuarto de al lado partió un terrible estruendo. Acudió a la puerta de dicho cuarto y nada más abrirla ¡se inundó todo!

AHORA PODREIS EJERCER DE SABUESOS.


¿Qué os parece que ocurrió?

Salvo un pequeño detalle ya tenéis los mimbres necesarios. Pensad. Podéis confrontar vuestras sospechas con la solución que os doy a continuación, puesto que este se trata de un hecho real.

SOLUCIÓN.

Lo que había ocurrido es que el desagüe de la azotea hacía un codo que con leve inclinación conducía el agua al exterior. Y el conserje había perforado la tubería y el propio techo cayendo toda el agua embalsada dentro del edificio.

La profesora recogió el material de su práctica apresuradamente antes de abandonar el laboratorio. Por lo que llevaba en la referida bolsa los restos de la rata que estaban disecando.

El único indicio que faltaba es el relativo a la rata. Pero claro, lo más probable es que la víctima propiciatoria de un modesto laboratorio, como es el de un instituto, fuera uno de esos sufridos roedores.

Elemental querido Watson.


5 comentarios:

Anónimo dijo...

No se me ocurre nada interesante que comentar al respecto, pero para que no se quede esto vacío voy a contravenir mi principio de callarme si no tengo nada interesante que decir, y voy a deci algo... como por ejemplo... ¡enhorabuena por tu blog! Jaja, es verdad que a veces es peor el remedio que la enfermedad ;-)

Anónimo dijo...

¡Pues vaya con el Herrera y las inundaciones + disecciones!
No sé si a la que te refieres es la misma inundación que yo viví desde el colegio, que estaba al lado del instituto, y más bajo por el nivel de la calle. Nosotros desde el cole vimos como caía una catarata de agua por las escaleras que comunicaban nuestro patio con el del instituto. Todo un espectáculo.
Y por la misma época, aunque no creo que a causa de la inundación, estaban arreglando algo en nuestro patio y subíamos al del instituto para el recreo. Pues vivimos lo mismo mi hermana y yo, desde dos perspectivas bien distintas, ella en su clase de biología y yo en mi recreo. Fue cuando desde abajo se formó un lío, porque a un compañero mío le había caído algo en la cabeza desde algún piso superior... Resultó ser un hígado, que había tirado por la ventana un compañero de mi hermana desde su clase de disección....

Unknown dijo...

Lo del bombazo visceral fue un episodio al estilo Reservoir Dogs, no sólo por la carnicería (bastante más light, todo hay que decirlo), sino por la conjunción de las narraciones desde varios puntos de vista.

Saltes dijo...

¡Gracias socio por la intención! que esto estaba muy desolado.

Ana, creo que fué otra inundación. Si parece que la especialidad del insti era que las disecciones fueran traumáticas y los naufragios frecuentes.

Saltes dijo...

Si, Isa, muy light pero el recibir tan inesperadamente el hígado celestial tiene su cosa. Aunque lo que recuerdo es que era un riñón. Es más aerodinámico.