Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

jueves, 12 de julio de 2007

Colarse con media entrada.

Este es el dibujo del Salterio correspondiente a esta esta entrada que le dedico a Virgi, adelantándome a sus deseos.
ACERCA DE CÓMO QUEDÉ EL SEGUNDO EN UN CONCURSO DE TANGOS.

Aún no he tenido ocasión de ir al nuevo, valga la paradoja, Viejo Almacén de Buenos Aires, que está en Gómez de la Serna. Al Viejo, al cuadrado, Almacén de Buenos Aires, de la calle Villaamil fui algunas veces. Ahora paso por allí cerca, y da pena verlo totalmente derruido. La penúltima vez fué debido a la celebración de una boda, de esas tardías, de unos amigos ya talluditos y no me gustó el que nos mandaran a callar porque estorbábamos la música ¡era la cena de una boda, no un concierto! Pero es que cuando los gauchos se ponen transcendentalistas son la hostia.

Lo del Viejo Almacén de Buenos Aires no deja de ser un eufemismo, porque literalmente sería El Viejo Almacén de Madrid al modo de Buenos Aires. Tuve ocasión de ir al auténtico Viejo Almacén de Buenos Aires en Buenos Aires, en ese viaje de los caníbales andinos del que hable hace unos días. Tengo un recuerdo difuso de aquel local, salvo una escena que recuerdo con una claridad meridiana. Pedí de postre toronja, y el camarero me preguntó:

¿La quiere trabajá?

Entendí enseguida que me ofrecía traerme la toronja preparada de modo que hubieran separado la pulpa de la cáscara con un cuchillito curvo. Le dije que sí, naturalmente.

Pues bien, volvamos a mi última visita. Estábamos los cuatro que formábamos el núcleo duro familiar, que ahora somos más, celebrando el cumple de las niñas. En un patio totalmente decimonónico, con árboles, mesas y sillas ocupadas por los diversos grupos de clientes, entregados al rito de los bifes en tablas, con el agujerillo lleno de chumichurri, y un escenario desde el que cantaba tangos, fantásticamente, una bella porteña, en estado de buena esperanza.

En esta ocasión, en vez de mandarnos a callar nos invitaron a cantar, y de ese modo participar en el evento en plan “opera aperta” ¡eso me encantó! Pero mientras cantábamos uno se deslizaba entre las mesas con orejas de fauno “cazando voces”.

Mi orgullo se desparramó totalmente cuando fui seleccionado…

Iban saliendo a actuar los seleccionados ¡y a mí me temblaban las piernas! Afortunadamente se olvidaron de mí. Pero un señor mayorcito, de la mesa de al lado que no conocía de nada dijo:

¡Falta Tomás!

¡Me quedé acojonado!

¡Pues que salga Tomás!

Y Tomás salía, mientras que mi chica decía:

Tierra ¡trágame!

¡Joder, qué desastre! cagadito como estaba no me salía más que un hilito de voz, y el anfitrión me ayudaba a terminar con aquel estribillo, y volví a mi sitio.

Luego vino la votación popular. Todos los votos los acaparaba una misma persona. Se podía ver la cara de desencanto de los que iban resultando derrotados. En el último momento, el último voto fue para Tomás.

Por lo que, lógicamente, RESULTÉ SEGUNDO en aquel concurso de cantantes de tangos. No me dieron certificación alguna, pero no importa, porque ya me encargo de divulgarlo. Como no dispongo de una image mía de aquel hecho tanguero, os pongo una de Carlos Gardel ¡que no es lo mismo...pero vaya!


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Joo.. q emoción una dedicatoria en este blog tan internacional! Como has dicho tenia ganas de pedirte que contaras esta anécdota...si es q no dejas de sorprendernos Tomás!! Lo mismo cantas un tango a lo Gardel q diriges una obra...
Un besazo y muchas gracias!!

Anónimo dijo...

Pis-ci-na chachacha pis-ci-na chachacha pis-ci-naaaaaaaa....

(esto porque ya me he enterado)

Tan-go chachacha tango chachacha taaan-goooo....

(esto para que vayas ensayando y nos hagas alguna demostración)

Muchos besos a todos, que voy a desaparecer unos días pero.... ¡amenazo con volver!

Saltes dijo...

Ginge, tus inexpresados deseos son órdenes... Anaïs, no se cómo lo voy a poder soportar! Besos.