VIVIR TRES SIGLOS.
No digo vivir 300 años.
Ni 100 años y unos pocos más delante y detrás.
Lo que digo es vivir "al modo" de tres siglos sucesivos.
Conocí a un tipo que en el último tercio del siglo XX le oí decir que había conocido dos siglos, el XX y el XIX.
-¿Cómo? Si naciste en el 40, como yo.
-Sí. porque, por ejemplo, había muchos militares de uniforme por la
calle, y hoy no se ven. Y monjas, con aquellos tocados enormes, como aviones de
aeromodelismo...cosas propias del XIX...
Me parece que yo ya había caído en esa cuenta. Y ahora, desde luego, estoy convencido de ello.
Ahora estamos de lleno en el siglo XXI.
Los mayores de 25 años han vivido el XX y han experimentado que pasar a un nuevo siglo no es "borrón y cuenta nueva", sino que perduran usos y costumbres del siglo anterior.
Es más, a principio de este siglo costaba mucho reconocer rasgos propios del nuevo siglo. Luego ese conocido mío llevaba razón. Porque en los 40 del XX, se vivía muy al modo del XIX.
Sobre todo porque esa horrible guerra civil supuso un parón. Y un caminar hacia atrás como el cangrejo.
Luego yo, y los de mi edad y mayores ¡que los hay! somos testigo presenciales de la cultura de dos siglos y los efectos persistentes sobre nuestra sociedad de un tercer siglo.
Según lo veo yo, el siglo XX, del que viví 60 años, era la versión corregida y aumentada del siglo XIX.
Había las mismas cosas ¡pero a lo grande!
Se desarrollaron el cine, la radio, la fotografía, la aviación y mucha mecánica.
A las máquinas de vapor se unió el motor de combustión interna, el de los automóviles. Y se generalizó la sustitución del teatro por el cine. La "música en vivo" por la "música grabada".
De modo que el teatro y en los conciertos se ve gente y en el cine y en las audiciones de música grada ¡no!
Yo que soy de Huelva y allí viví mi primera juventud, donde el invierno no es muy crudo ¡aunque hace biruji! se refugiaba a veces una compañía de teatro y bajo una carpa hacían aquellos actores sus representaciones. Yo iba todas las noches y cada vez representaban una obra distinta. Y al final hablábamos con los actores, los conocíamos y nos conocían...
Nada que ver con las sesiones de cine del Cine Rábida, el Gran Teatro o del Teatro Mora...
Por entonces las sesiones de cine había perdido todo rastro de humanidad ¡porque no le correspondía!
¿Es que las sesiones de cine ha tenido alguna vez humanidad?
¡Sí!
Os cuento una historia que me contó un protagonista de la misma, uno de los dos hermanos Figueróa que amenizaban musicalmente las sesiones de cine mudo del Teatro Mora. Uno tocaba el piano y el otro el violín.
En el curso de una proyección un espectador de gallinero se tiró un pedo que resonó en todo el teatro. y además lo dedicó:
"Pa Figueróa"
Y uno de ellos, precisamente el que me contaba esta historia, le preguntó:
"¿Para qué Figueróa? ¿Para mi hermano o para mí?".
Y el cine estalló en risas y aplausos.
Sabéis que en todos los pueblos y en todos los barrios de las grandes ciudades había teatros en el XIX. Donde se representaban comedias, dramas, zarzuelas y conciertos musicales en vivo. Y cuando las representaciones en vivo se terminaron, bien entrado el siglo XX, se convirtieron en salas de cine.
Las actuaciones en vivo perduraron en una buena parte del siglo XX y también en el XXI, alcanzando a veces dimensiones colosales, como los conciertos del Bernabeu que desatan tanta controversia.
Pero donde he observado un cambio radical en la sociedad ha sido en el XXI.
Cada uno se fija en una cosa. yo me fijo en esto. En esto que tenemos ahora mismo delante de los ojos:
Una historia que un nota, un servidor de ustedes, que no es escritor, y mucho menos reconocido escritor, que no lo conoce más que quienes lo trata personalmente ¡y nadie más! Que puede poner al alcance, de usted, que me está leyendo, o cualquier otro, en cualquier parte del mundo, algo que se le ha ocurrido, sin que medie, ni editorial, ni empresa alguna. Salvo este entramado informático que está al alcance de todo el mundo que tenga un ordenador y un programa estándar que puede tener todo quisque.
Algo así no se había visto nunca.
¿No os parece?
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