Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

viernes, 26 de enero de 2024

Uno y trino.

SOCIOS.

A veces no basta lo verdadero y cierto para explicar lo que pasa y se recurre a la fantasía.

Por ejemplo hay doctrinas religiosas, como la más cercana, que afirma que cada individuo tiene dos componentes: cuerpo y alma. Y además se afirma que muerto el cuerpo le sobrevive el alma. Que además tiene que rendir cuentas del comportamiento del individuo compuesto por ambos elementos...

Otras doctrinas, como algunas creídas en la India, tienen creencias un poco semejantes, con la diferencia de que muerto el cuerpo el alma se alberga en otro cuerpo, no necesariamente en otra persona, sino que puede ser en un animal. Y el que la aloje será un mal bicho si el alma ha sido mala y bueno si ha sido buena. Y a medida de que se vayan acumulando reencarnaciones positivas se puede alcanzar el NIRVANA. Y ¿qué es eso? La total extinción. Ergo el desenlace perfecto, según dicha doctrina, es haber desaparecido sin dejar huella. De modo que los que, entre nosotros, defienden la desaparición total tras la muerte, desde dicho punto de vista indio ¡tienen mucho morro! porque dicen que se alcanza el nirvana ¡por la cara!

Y yo ¿qué pienso?

Pues ¡no sé! porque aún no me he muerto y a lo mejor si es que lo llego a saber alguna vez ¡puede que no vaya a tener ocasión de decirlo!

Pero, hablando de sensaciones, verdaderas o no, yo tengo la sensación de que tengo un socio. O dos.

O sea, que cada cual es una pareja de socios.

Y yo ¿cuál soy?

Los dos.

Aunque me estoy maliciando que no somos dos ¡sino tres!

El que se corresponde con "mi cuerpo". El que se corresponde "con mi alma"...¡Y YO! que puedo cabalgar en uno, en los dos o en ninguno...

El "yo corporal" ha sido un bebé, un niño, un adolescente, un adulto joven, otro mediano, otro maduro y un anciano.

Mientras que el "yo espiritual" siempre ha ido a rastras. Sin enterarse muy bien cuál era su papel en cada momento, y equivocándose continuamente.

Y el YO, aguantando siempre el chaparrón, de propios y extraños...

Lo que pasa es que, por lo general YO me lo paso bien...Porque PASO de todo lo que no me parece verdaderamente importante.


 

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