IBERIAS.
Como es sabido, hay muchas
Iberias: "Iberia, Líneas Aéreas de España", "Tintes
Iberia", "Viajes Iberia" y puede que haya más.
E Iberia región geográfica del Mundo
¿cuántas hay?
Pues también hay más de una. Porque,
que yo sepa hay por lo menos dos. Una europea, la nuestra y otra asiática, que es una parte
de la actual Georgia.
En el Google viene poco, pero
viene algo.
La Iberia georgiana está al fondo
del Mar Negro, que desde el punto de vista de la navegación mediterránea, es prolongación
del Mar Mediterráneo ¡Hombre! se llega un poco estrechamente a través de los
Dardanelos, pero se puede llegar, porque para cualquier embarcación tiene
anchura de sobra. Y es el fin del mundo oriental al que se podía acceder
navegando. Mientras que nuestra Iberia, la del cerdo ibérico, marcaba el fin
del mundo occidental. Se podía seguir, que se lo pregunten a Colón, pero en la
era clásica no estaban por la labor.
En eso no terminaba la analogía
ni el parentesco. Porque en ambas Iberias había oro. Y acudían hasta "el
fin del mundo" o hasta "los confines del mundo" para hacerse del
preciado metal.
Pero también hay, sospecho, una
analogía geométrica. Ambas estaban infinitamente lejos de cualquier sitio
conocido, es decir "en el infinito". A lo mejor no serían
"ambas" las Iberias, sino una sola. Porque el infinito, es lo que
tiene, que es uno.
Parece absurdo que siguiendo
caminos contrarios se llegue al mismo lugar,
remoto o no. Pero si lo pensamos con cuidado no tan raro. Por ejemplo, si
uno coge el metro en una estación la línea 6 del Metro de Madrid, La Circular, puede
ir a cualquier otra en cualquiera de los dos sentidos. Pero claro si va uno a
otra estación que está a tres o cuatro por uno de los sentidos ¡no va a ir en
el contrario! Salvo que le guste viajar en Metro. O que le guste observar a la
gente. O que le guste leer en el Metro. Cosa que a mí me encanta, y a veces
estoy tan embebido que me paso un par de estaciones.
Pero si uno va a la estación
diametralmente opuesta a la que se montó, al "infinito" de ese
sistema ¡pues le da lo mismo un sentido que otro! Ergo en tales circunstancias
es indiferente ir en un sentido o en el contrario. Y cuando se llegara al
destino final se sabría porque se reconocería la estación, por lo menos por el
nombre.
Aquellos navegantes mediterráneos
debieron sentir que habían llegado al fin del mundo, al único fin del mundo,
tanto si navegaban a oriente como a occidente. Pero ¡tendría que haber algo
característico del lugar que se pudiera identificar como único!
Y lo encontraron: ¡ORO! ¿os
parece poco? Escaso en todos los lugares conocidos salvo en Iberia que era
abundantísimo.
También buscando oro y otras
riquezas partió Colón a las Indias en el sentido inverso al habitual. Y como
los griegos, unos siglos antes, también se quedó corto.
La mejor prueba de la "redondez"
de un itinerario es seguir y seguir hasta que se llega al punto de partida. Con
lo que se demostraría la singularidad de cada una de las estaciones, evitándose
confusiones fruto de semejanzas engañosas.
Habría que esperar varios siglos
hasta que dos ibéricos de postín demostraran la dedondez de este mundo: Magallanes liderando la empresa y Elcano culminandola.
Es que uno infiere de su
experiencia más habitual principios que no son tan universales como parecen.
Por ejemplo uno no puede verse pasar y hace de ello un principio. Pero las
serpientes sí que pueden. Como la que vi una vez en un terrario del zoo que
iba por una rama y al llegar al tronco se fue por otra en sentido contrario. No
sé si aquel animal se fijaría, pero de ser así se habría visto pasar,
parcialmente por supuesto, y lo mejor de todo ¡es que iba en sentido contrario!
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