EL KANJI.
El kanji es el sistema de
escritura chino y japonés. No es, como el nuestro, un sistema de anotaciones de
sonidos, sino de imágenes, porque los ideogramas son imágenes codificadas. Cada ideograma tiene
su versión sonora, que no es tan inequívoca como la gráfica, ya que en la
lengua china hay grupos de ideogramas con el mismo sonido. Es decir que hay
sinónimos para el oído, pero no para la vista. Con todo ello se puede expresar
todo lo expresable.
La escritura china es un sistema
para escribir no solo el chino mandarín, también otras lenguas de China como es
el chino cantonés y el wu. Se dice que son dialectos porque llamarlas lenguas
no es políticamente correcto, pero seguramente son lenguas distintas del mismo
grupo lingüístico, como el español, el francés o el italiano. También se emplea
la escritura china para escribir en japonés, aunque tiene otros sistemas de
signos gráficos complementarios. Y sirvió también para que muchas antiguas lenguas
asiáticas se pudieran escribir.
Se podría emplear perfectamente
el kanji para escribir español, aunque sería un español más simplificado, sin
conjugaciones, ni género, ni número, ni artículos, ni otros elementos ¡pero
vaya! inteligible. La vía no sería transcribir sonidos, sino conceptos, lo cual
implicaría las limitaciones indicadas.
Ese esfuerzo, que nosotros ni siquiera
hemos amagado, ya lo han hecho chinos y japoneses puesto que hay códigos para
escribir en chino y en japonés con letras latinas. Son, respectivamente el pinyin y el romaji. Ello no quiere decir que vayan a abandonar el kanji. Lo
abandonaron los vietnamitas con el alto precio de no poder leer su propia
historia en los textos originales.
Sirven el pinyin y el romaji para
acercar sus idiomas correspondientes a occidente, porque si un occidental que
fuera a China o a Japón viera en los carteles tan solo signos kanji no podría distinguir nada ni siquiera articular sonidos para poder preguntar por algo. En cambio con esos textos en letras latinas puede, por lo
menos, hacerse entender verbalmente aunque sea mínimamente.
Últimamente se imponen de un modo
tremendo el uso del alfabeto latino en China y Japón porque el kanji tiene tal
cantidad de signos que no caben en un teclado de modo que lo escriben con
letras del alfabeto latino aunque en pantalla aparecen con todo su esplendor
oriental.
Los kanji tienen una indudable
ventaja sobre las letras: si, por ejemplo, un español va a Noruega, puede leer
cualquier texto, pero desde luego, si no sabe noruego no puede saber lo que
significa. Mientras que si un chino va a Japón, o un japonés a China, no
entenderán ni el japonés ni el chino si son orales, pero sí lo entenderán si
está escrito en kanji. En China se hablan varias lenguas distintas, o, si se
quiere, dialectos, pero incomprensibles para quienes no los conozcan.
Pero pueden entenderse gracias a los kanji. Son distintos los sonidos de las
palabras en japonés y en los diversos chinos, pero los signos kanji son
iguales. Y pueden entenderse escribiendo, y si viene al caso "escriben en
el aire". Deduzco que el lenguaje de los sordomudos orientales será la
escritura, bien en el aire o con un dedo en la palma de la mano. Esto último
podría servir también para ciegos y los sordomudos ciegos.
Lo bueno del caso es que en kanji
no solo se puede escribir el japonés y los diversos chinos. También se puede
escribir, como he dicho antes, el español, y el inglés, y el francés, y el y noruego,
y el árabe ¡y todos!
Si aprendiera todo el mundo kanji
se podría hacer del propio idioma una lengua universal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario