Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 28 de agosto de 2011

Dibujar lo escrito.

Este post nº 244 del Salterio se lo dedico a mi amigo Lucas en su cumple.

¿OS APETECE EXAMINAROS?

Hay amigos que siguen este blog que aún son estudiantes y están sujetos por ello a esa práctica surrealista que son los exámenes.

Pero por lo general los seguidores de este blog hace mucho que están libre de la férula de los exámenes ¡Y menos mal! Pero eso de examinarse uno tiene su cosa, su morbo, un algo de ruleta rusa. Es una adrenalina la que se libera puede que la eche uno de menos. Por eso y porque ¡ya estamos casi en Septiembre! os ofrezco la oportunidad.

El otro día leyendo el libro que traigo entre manos: “Acción de Gracias” de Richard Ford leo un párrafo que me retrotrae al pasado. Cuando era profesor y buscaba textos literarios para poner el examen de dibujo de “selectividad”. Ya que formaba parte del “equipo elaborador de pruebas”.

Ahora el examen se ha simplificado un poco porque redujeron el tiempo, de tres horas a la mitad. De modo que una de las dos partes la eliminaron, quedando una que consiste en dibujar un sencillo modelo, una especie de bodegón sintético, o sea que no tiene frutas, ni panes ni nada de eso, sino cajas, bolsas, pelotas y cosas así.

La parte eliminada consistía en hacer un dibujo, literal o libre, basado en un texto literario, que solía ser de los más variados autores, aunque predominaba un estilo borgiano.

Eran textos sugerentes y bellos y los resultados, modestos por naturaleza, no estaban mal por lo general, y a veces estaban muy bien.

Y es que el párrafo que revolvió los posos de mi alma haciendo reflotar este recuerdo me pareció tan gracioso, tan redondo y tan sugerente que no puedo evitar traerlo aquí, e invitaros a hacer el dibujo correspondiente. Por supuesto que si me enviáis tales dibujos, cosa que no creo que hagáis ni locos, os prometo que los cuelgo en este blog.

El texto en cuestión es el último párrafo de la página 305 de la edición de Anagrama, colección Compactos, de 2009, y es el siguiente:

“Mike sigue absorto en sus pensamientos. Ha encendido otro cigarrillo y está fumando por la ventanilla, aspirando una profunda bocanada de pesimismo antibudista. Su Marlboro y su ajo, además de mis zapatos meados, han dejado un tremendo pestazo en el coche.” 
 
Tengo que decir que nunca pusimos en un examen un texto semejante, y seguramente nunca se pondrá !Lo cual es una pena!

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