Este post nº 225 del Salterio se lo dedico a Ana en su cumple ¡¡¡FELICIDADES!!! LA TABLA RESTAURADA.
Nunca me he dedicado a la restauración, pero me encantaría. Y en estos días estoy disfrutando como un mico restaurando una tabla que mi maestro tenía arrumbada en la casa que sus padres tienen en la sierra. Y que descubrió Jóse, su cuñado, lleno de admirada sorpresa.
¡Pero qué hace esto aquí?
Es de mi hermano, dijo Leire.
¡Pero vale una pasta!
Total que me la trajo. La despojamos de las ruedas y de las tiras protectoras que tenía atornilladas.
¡Estaba en un estado fantástico! Pero, claro, algo descoloridas y con los arañazos y las rozaduras propios del uso.
A mí la restauración me causa mucho respeto porque he visto estropicios terribles. Pero para mi tranquilidad esta tabla comporta poco peligro. Porque no se trata de ninguna tabla flamenca, sino de una de patinar. Aunque no tenga evidencia de ello supongo que se trata de una serigrafía.
¡Pero qué hace esto aquí?
Es de mi hermano, dijo Leire.
¡Pero vale una pasta!
Total que me la trajo. La despojamos de las ruedas y de las tiras protectoras que tenía atornilladas.
¡Estaba en un estado fantástico! Pero, claro, algo descoloridas y con los arañazos y las rozaduras propios del uso.
A mí la restauración me causa mucho respeto porque he visto estropicios terribles. Pero para mi tranquilidad esta tabla comporta poco peligro. Porque no se trata de ninguna tabla flamenca, sino de una de patinar. Aunque no tenga evidencia de ello supongo que se trata de una serigrafía.
En cualquier caso surge una cuestión esencial: ¿Cómo actuar?
Dejarla como si hubiera acabado de salir de la tienda no parece propio. Porque más que una restauración sería una falsificación. Sobre todo si se tiene en cuenta que estas tablas sin estrenar son las más cotizadas.
En el otro extremo está no hacerle nada y dejarla como está. En tal caso resulta mucho menos expresiva porque no sólo está privada de la información perdida, sino que lo que queda resulta irreconocible al estar incompleto.
Algo intermedio es lo que estoy haciendo. Rellenando desconchones a la luz de la evidencia que ofrecen las partes conservadas y de las imágenes de estas tablas que pueden encontrarse fácilmente en el Google.
El caso es que está quedando divinamente. Pero lo que es imposible saber es cuando la restauración está terminada.
Creo que la dejaré cuando me canse o cuando mi maestro me diga que me plante.
3 comentarios:
¡¡Restaurador del s.XXI... de tablas de Skate!! Ahora nos inclinamos ante tablas flamencas, Picassos o jarrones griegos, y estas tablas de patinar son parte de la cultura Street Art contemporánea. Hay quien se llevará las manos a la cabeza si me ve comparar estas cosas, pero ya veremos... Bueno, ya lo hemos visto en la película "Exit trough the gift shop" de Banksy...
Si hablamos de pasta, puede ser un timo tanto el arte contemporáneo como el antiguo... Si hablamos de talento, igual lo hay en el arte contemporáneo como en el antiguo... Yo creo que el problema no está en el Arte, sino en el Negocio del arte...
Por cierto... ¡gracias por la dedicatoria! :-)
El valor del arte no está necesariamente ligado al coste del arte.
Los magnates tienen secuestrado el arte por su coste.
Y cuando coinciden valor y coste, que alguna vez coinciden, van y lo trincan.
Pero cuando no coinciden se les escapa.
¡De nada por la dedicatoria. Gracias las q tu tienes.
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