Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 17 de abril de 2011

La fuerza del diablo.



LA MUERTE LIMPIA.


Veo hace unos días en la tele al presidente Obama que se quita la elegante chaqueta y con la proximidad que depara estar en mangas de camisa, aunque pelín distante debido a su contundente corbata, promete un futuro de energías limpias, que incluye la energía nuclear.


¿Se refiere a que esta energía depara una muerte limpia? ¿Que la gente, no se sabe cuanta gente, se muere limpiamente de cáncer en una limpia cama de un limpio hospital o de su propia casa entre limpias sábanas y ataviado con limpio pijama?


Es verdad que la electricidad basada en la combustión del carbón o del petróleo es muy sucia. Porque echa a la atmósfera ingentes cantidades de mierda y habría que cortarse un pelo.


Además produce CO2 que anda acojonando a todo el mundo debida a la machacona propaganda relativa al efecto invernadero que aumentaría la temperatura del planeta un par de grados con lo que muchos lugares costeros se inundarían ¡Es malo, pero tiene remedio! Porque, aparte de que se ahorraría mucha energía en calefacción, una infinidad del espacio hoy asolado por los hielos se volvería habitable. Mientras que la energía nuclear va haciendo a este planeta cada vez más inhabitable.


De lo que parece que no se puede hablar es de contener un poco la producción de energía. Se dice que se necesita mucha. Creo más bien que como se produce tanta hay que gastarla como sea. Es que ni siquiera se toman el trabajo de llevar la energía sobrante a los lugares donde carecen de ella, o de instalar allí las plantas productoras que aquí no hacen falta.


Creo que hay que hacer lo que sea antes que persistir en esta locura de la energía nuclear ¡Porque es diabólica!


¿Y por qué es diabólica?


Porque muchas de sus radiaciones tienen una longitud de onda tan pequeña que están a la escala de los códigos genéticos de nuestras células y los golpean y los alteran. Dislocándolos de tal modo que las células afectadas se reproducen incontroladamente produciendo crecimientos anómalos que afectan la funcionalidad del órgano al que pertenezcan, produciendo lo que, lisa y llanamente, se llama cáncer.


También debido a esa pequeñez incide sobre los átomos de los elementos que están próximos, volviendo a muchos de ellos radiactivos, con lo que ese efecto contaminante se multiplica indefinidamente.


Muchos de esos elementos radiactivos son naturales, de hecho el 20 % de los elementos naturales son radiactivos. Lo que es artificial es concentrarlos y generar otros muchos debido a esa concentración. Concentrados son muy dañinos y luego ya no se pueden dispersar.


El mero hecho de acumular masas críticas de sustancias radiactivas, como el uranio provoca una reacción en cadena que desprende una gran cantidad de energía radiactiva que se disipa en parte en forma de calor. Ese calor es el que se aprovecha inyectando agua, produciendo vapor que mueve las turbinas.


Pero la mayor parte de la energía desencadenada es inútil porque resulta inmanejable. Y parte de la producida se emplea en anular esa energía inútil bombeando agua para enfriar el sistema continuamente.


Porque un reactor nuclear es una especie de bomba atómica cautiva, que está resuelta a explotar en todo momento y que contienen esa tendencia natural con inhibidores, y sobre todo enfriándola con corrientes de agua fría. Si falta agua que la serene, esa fiera enjaulada destroza la jaula y todo lo que encuentre a su paso.


Si el reactor se jode deja de producir electricidad, por lo que no se puede refrigerar con la energía eléctrica propia y hay que traerla de otro sitio. Y si esa corriente externa se interrumpe, como ha ocurrido, y puede ocurrir más veces ¡es la debacles!


Porque el reactor no para de producir energía radiactiva que parte se transforma en calor y parte contamina de radiactidad el medio. No hay modo de reducirla, sobre todo en situaciones críticas. Se producen explosiones ¡Y FUGA DE RADIACTIVIDAD! del propio reactor y de la piscina llena de agua contaminada que no puede mantener frío el material radiactivo usado ¡qué sigue siendo radiactivo! Y de quedarse en seco produciría una catástrofe radiactiva.


Dicen que las centrales nucleares son muy seguras ¡ya veis los seguras que son! Son seguras mientras no surjas contingencias imprevistas ¡y surgen! Y mientras los gestores de las centrales no mientan ¡y mienten!


Los reactores nucleares producen muchas sustancias radiactivas que son fluidos, como líquidos y gases que pueden respirarse y beberse con lo que queda uno contaminado, incubando un cáncer que más pronto o más tarde se lo llevará al patio de las malvas. Bien es verdad que allí vamos a terminar en cualquier caso ¡Es lo que deben pensar los dueños del chiringo!


Pero no hay que estar a la vera de una catástrofe nuclear para joderse uno. Porque puede contaminarse a miles de kilómetros, comiendo alimentos de animales o plantas contaminados. Y lo jodido del caso es que como la energía en cuestión es limpia ¡pues están limpios!


Si uno, por ejemplo, se va a la compra y ve que las verduras, la fruta, el pescado y la carne están hechos un asco, sucios y podridos ¡pues no los compra! Si están solo sucios los puede lavar. Pero ¿cómo se limpia de radiactividad un alimento? Y ¿y cómo se sabe que es radiactivo?


Habrá que pensar el llevar un contador Geiger al super. Pero ¿dónde lo venden? ¡Seguro que acabarán vendiéndolos! Está llamado a ser el electrodoméstico indispensable.





2 comentarios:

isa dijo...

En Francia, por lo que dicen, los contadores Geiger se agotaron hace pocas semanas. Me enteré porque, visto lo visto, a mi me entraron ganas de disponer de uno de tales artefactos...

Saltes dijo...

¡Ya te digo!

Y en Francia, la verdad, es que tienen motivio.