Con un dibujo que no es del Salterio, aunque contemporáneo, al principio y con la reposición de otro - que sí que lo es- al final, este post se lo dedico a Carmen y a Agapo. LA PIPA DE LA PAZ.
Ahora os voy a contar una historia preciosa ocurrida en un juzgado de Madrid.
Mi amigo Agapo, ilustre letrado, se ocupó de un asunto desagradable, como son los de ese género. Mi amiga Carmen que es empresaria de una agencia que representa artistas se vio en la obligación de despedir a una empleada incumplidora, y le encargó a mi amigo que le llevara el caso.
Dicho letrado aportó diversos testigos, que eran conocedores de los incumplimientos de la empleada que querían echar, a la que conocían, por la que sentían alguna simpatía ¡pero los hechos se imponen! ¡¡Qué le vamos a hacer!!
Reunidos todos en el hall de la Audiencia, uno de los testigos de la parte de mis amigos, que se llama Luis y que es un magnífico cantante, preguntó que si allí se podía fumar. A lo que le respondió mi amigo que sí, porque de esto hace algunos años y en esa época la sociedad era algo más liberal que ahora.
A la vista del tolerante ambiente, saca un cigarrillo que deshace, un papel de fumar, y se dispone a calentar una china con el mechero.
¡Pero ¿qué haces?!
Pues ¿no has dicho que se puede fumar?
¡Tabaco, pero no porros! ¡Que esto es un juzgado, joder!
Bueno, bueno ¿Y en el retrete?
¡Y yo que sé!
Bueno, pues me voy allí.
¡Que van a llamar enseguida!
Bueno, me avisas.
Se va al baño, prepara su peta lo enciende y entran unos que conoce, que son testigos de la parte contraria. Se saludan y uno le dice:
¿Pasas?
Y se estuvieron pasando el canuto, y hablando.
Que putada…Porque fulanita es buena tía…
Ya, pero Carmen lleva razón. No se ha portado…
Si, pero es una putada. Ahora se va a quedar…fíjate…
Si, a mí me da palo ¡pero que le vamos a hacer…!
Terminan de fumar. Vuelven al hall. Aún no les han llamado. Se acercan a mi amigo el abogado y le dicen:
Mira, pues hemos estado charlando. Y hemos pensado que si ponemos diez mil pelillas cada uno, esto se puede arreglar.
5 comentarios:
Buenísima la historia! Como dices, si se hubiera dado el caso ahora en lugar de entonces, no se hubiera podido "fumar la pipa de la paz" y no existiría tal anécdota.
Suprimí el comentario, que era mío, para enmendar una errata ¡no por censura!
Decía Isa que ahora también se podría hacer uso del mismo recurso porque los retretes son santuarios donde los perseguidos encuentran refugio.
Y me dijo Elena, que es experta en arbitraje, que había leido el post. Y yo le dije que me parecía que el cánabis es un recurso arbitral muy efectivo, y que era una pena tener que renunciar al mismo por entrar en conflicto con costumbres éticas muy arraigadas.
¡¡¡Buenísima historia, sí señor!!!
Es que Agapo es un filón. Sin él no habrías podido poner algunas de las mejores entradas de este blog. :-)
Pues mira, a mi no me parece mala idea el cánabis como recurso arbitral. Parece que queda mal estar drogado en un juicio, pero si van más relajados en su justa medida, la cosa puede ser menos tensa y llegar a soluciones más humanas. A mi lo de solucionarlo con 10.000 pesetillas cada uno y no causarle traumas a nadie me parece una idea genial. :-)
Ana, es que lo de los tabús es la pera.
Para nosotros los porros están proscritos, hasta en situaciones muy recomendables como las personas operadas a causa de un tumor que un canutillo les viene divinamente, se lo han tenido que pelear y pelear. Mientras que el vino y los licores están bien vistos ¡con moderación! Pero es que los porros ni con moderación ni sin ella.
En el mundo musulmán, en cambio, lo que está proscrito es el lingotazo y los canutos no.
¡Qué mundo más absurdo!
i think the archive you wirte is very good, but i think it will be better if you can say more..hehe,love your blog,,,
Publicar un comentario