Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

viernes, 18 de enero de 2008

Hay placeres que no tienen precio.

Este post, precedido de este dibujo del Salterio, dedicado a María Jesús y a Xu, lo adelanto al viernes para que lo vean Ana y Rafol que se van a la nieve, y después de una jornada blanca no tiene uno cuerpo para ciber-cafés.
ESCRIBIR CON AGUA.


Cuando estuvimos en China vimos cosas llamativas. De ellas la que más se me grabó, seguramente, fue la visión de unos hombres que en una explanada del Templo del Cielo de Pequín escribían en las pulidas losas de suelo… con agua.

Se trataba de escritos de arriba abajo de dos o tres metros que se iban secando antes de terminarlos. Me pareció que es un ejemplo de arte efímero refinadísimo. Me gustó especialmente uno en estilo cursivo, que es el que sale en la foto, aunque no se ve bien.

Lo que sacaban en limpio esos calígrafos es el gusto de escribir, el gusto de trazar y, supongo, la empatía de los que como yo quedábamos prendados. No lo hacían por sacarse una propina, nadie les daba nada, ni había una gorra para recibir los óbolos. También sacaban en claro el apropiarse momentáneamente de un lugar tan aparente. Había muchos calígrafos aquel día, practicaban diversos estilos con variada suerte. Parece que se trataba de jubiletas que enriquecían su tiempo de ese modo, que era semejante al Tai-Chi que por las mañanas practica mucha gente en plazas y hasta debajo de los puentes de las autovías.

Aún resultó mejor lo que vimos en Shangai: a lo lejos se divisaba a uno que escribía en el suelo con agua. Nos acercamos. A mi me pareció que lo hacía bien, pero su porte no era el de un artista. Y efectivamente se trataba de un transeúnte que le debió pedir al escritor de agua que lo dejara, o algo así.

Tengo que decir que en los viajes soy un plasta, que me pongo a dibujar, lastrando con ello a mis compañeros. Y cuando el escritor de agua se puso a escribir me puse a dibujarlo. Los chinos son chivatos y bullangueros, de modo que le dijeron que lo había dibujado. Me vi obligado a enseñarle el dibujo que aprobó sonriente. En vista de lo cual se lo regalé. Él correspondió al regalo con otro regalo, ofreciéndonos una bellísima sesión de Tai-Chi. Quedamos encantados y agradecidos. No hice fotos porque hubiera sido horroroso, y además es mejor el mero recuerdo.

En uno de los famosos jardines de Suzhou, había una mesa cuadrada de pizarra ¡que yo se para qué era! Para que el señor de la casa escribiera con agua. También en Arco, años más tarde, vi que en un stand que era de una galería china había trozos de tiestos de barro, cantos rodados y otras piedras junto a un cuenco con agua y un pincel ¡estaba clarísimo! Y me puse a escribir en chino.

En casa tengo varias piedras, una en el jardín y otras en una mesa en el estudio, dispuestas para escribir en ellas. Va por temporadas, y en algunas escribo un ratito casi todos los días. Me da mucho gusto ¡y es gratis!

De modo que os recomiendo que hagáis lo mismo. Las piedras son gratis, y el agua, y el recipiente correspondiente también, y el pincel en un chino de todo a cien vale un euro. Lo más caro, y no mucho, son los libros, que sirvan de modelo. Podéis comenzar con el de Xu. Y es que no hay que saber chino. No hay más que copiar, sabiendo qué es lo que se escribe ¡eso sí! Y para eso están las traducciones.

El libro en cuestión se llama “Arte Abstracto Milenario. Caligrafía China”. Los autores son Zonghui Xu y María Jesús Abad Tejerina y está editado por la Asociación de Escritores y Artistas Españoles.


2 comentarios:

Rafol dijo...

Hola!
Un detalle adelantar el post para que lo podamos ver antes de nuestro viaje!

El caso es que muy interesante porque normalmente cuando escribes, dibujas o pintas algo siempre se supone que quieres que perdure en el tiempo lo que has hecho para que otra gente lo pueda admirar.

Aquí a estos chinos parece que eso no les interesa mucho, será sólo por el placer de hacer alguna cosa en el parque...¡¡debe ser la versión de china de la petanca española!!

Un abrazo.

Saltes dijo...

¡¡¡Exactamente Rafol!!! Es la petanca chiona. No se me había ocurido, pero es así. Como es así que "lo vulgar" en China no se corresponde con "lo vulgar" de aquí, que suele ser, aunque no siempre, sinónimo de chavacano, y allí creo que no.

Por otra parte lo efímero, por mortal, aquí acojona. Hay que tenerlos muy en su sitio para no turbarse ante ese aspecto de la realidad. No es que haya arte efímero y no efímero ¡todo arte, y todo todo, es esefímero! Todo arte, y todo todo, acaba por joderse, y no se puede reconstruir ni recuperar ni nada. Ahora que no se va a estar amargado por eso, porque si no apaga y vámonos.

Otra cosa, acabo de recibir imágenes correspondientes al post anterior que incorporaré inmediatamente así que ¡ojo al parche!