Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 24 de junio de 2007

Ángeles y demonios.

Esta es la imagen del Salterio que precede esta entrada que dedico a Isabel, criatura angelical donde las haya, pero con nervio.
CARTA ABIERTA A LOS SEGUIDORES DEL SALTERIO.

Queridos amigos:

Cuando llegamos a la docena de blogs, quiero agradeceros vuestra acogida y seguimiento. Y también vuestros piropos, que no me creo pero que me gustan.

Si nos ponemos en plan metafórico, esto es como un libro ilustrado con muchos y distinguidos admiradores. Pero con ser bueno no es lo mejor. Lo mejor sería que fuera un cuaderno casi en blanco en medio de un corro. De modo que Saltés diera la entrada y el cuaderno lo escribieran, principalmente, los del corro.

Ese soporte medio en blanco existe, se llama COMENTARIOS y lo deseable sería que lo usarais expresando lo que os sugieran los temas expuestos o los comentarios precedentes. Porque ahora muchos de mis amiguetes me llaman por teléfono y me dan sus impresiones. Mi chica dice que es “otra generación”, pero también me parece que es por prudencia, porque a nada que se descuide uno se mete en un charco ¡que ya me ha pasado! pero no importa, La prudencia verdaderamente no es una virtud sino un horrible vicio ¡todos los excesos tienen recompensa!

Tengo unas narraciones, de las que he hablado alguna vez, que están prácticamente inéditas, y mucho me temo que así estarán hasta el final de los días. Yo las traería aquí, pero resultarían demasiado largas. Dije que en ellas basaría algunos relatos. Este es el primero de ellos.

Me decía un amigo que en el libro de Frankenstein definían la fe como “creer en algo que sabemos positivamente que es falso”. Definición tan cínica como certera. Porque en la cultura humana hay cosas que se saben ciertas, otras falsas y otras que se toman como verdaderas cuando se sabe a ciencia cierta que no lo son.

Al tema de los ángeles le pasa eso, hay quien cree en ellos ¡pero nadie ha visto ninguno! Pero si miles de imágenes. Yo me planteo ¿existen realmente?

Lo primero es saber qué diferencia hay entre ángeles y demonios. La diferencia está clara, en principio tanto unos como otros son ángeles, que pasado un tiempo unos resultaron buenos y los otros malos.

Pero el ser bueno o malo no es algo propio del sujeto sino del que habla. Cuando alguien dice de otro que es bueno o que es malo es porque ha juzgado su conducta y ha emitido una sentencia, positiva o negativa. Y de hecho lo que para unos jueces es bueno, para otros es malo y viceversa.

No -me diréis- malo es el que hace putadas y bueno acciones beneficiosas. Las películas de vaqueros son un buen ejemplo. En ellas hay buenos y malos. Tanto unos como otros hacen actos bondadosos, los malos, por ejemplo, se protegen entre sí abnegadamente y eso es un acto de bondad y los buenos ¡no digamos! Y desde luego unos y otros se intercambian putadas a granel. Se podría pensar que los malos hacen más ¡pues no! las mayores y las más numerosas las hacen los buenos, y gracias a ello ganan. Y porque ganan son buenos al estar en condiciones de redactar el informe final.

No entremos en detalles, parece aceptable que ángeles son todos, también los diablos y no hay que desechar la idea de que Lucifer sea todavía un ángel resplandeciente y Gabriel un diablo sanguinario.

El tema ¡que no es de índole religioso, sino zoológico! es saber si hay o no ángeles. Lo primero es saber qué es un ángel. Parece que un ángel es una especie de superhombre, porque es más poderoso, y parte de ese poder consiste en volar. Si estamos buscando ángeles ocultos o confundidos, tendremos que buscar entre las aves o entre los murciélagos, vampiros y zorros voladores.

Pero si un ángel es un superhombre, tenemos que revisar la condición humana para ver si entre las aves o los murciélagos se encuentra alguno con rasgo humano, y si es posible en grado superlativo.

Podríamos decir que un hombre es un mono con humanidad. Situado está en el grupo de los antropoides con el chimpancés, el gorila y el orangután. Hay que decir que genéticamente el hombre y el chimpancés son mucho más parecidos que el chimpancés y el antropoide que más se le parezca. Pero salta a la vista que el hombre es distinto de todos los otros ¿en qué es distinto? en que tiene humanidad. Luego hay que buscar aves y murciélagos con humanidad.

Y ¿qué es la humanidad? Algo de lo que deriva lo que hacen los hombres en exclusiva. Y ¿qué es? pueden hablar, y todo lo que ello implica, como pensar. Para pensar tienen que poder conceptualizar, es decir poner a cada cosa un nombre, manejar los nombres como si fueran cosas y obrar en consecuencia: originar, transmitir y conservar sabiduría. Y ¿qué pueden hacer también? Originar, transmitir y conservar estupidez ¡Y esto lo hacen estupendamente! ¿En qué consiste la superhumanidad?, en ahorrarse esta última parte.

Hay otro rasgo humano: el bipedismo, porque, salvo el hombre ningún mamífero es bípedo, pero ¡todas las aves lo son! No los murciélagos que cuando caminan lo hacen a cuatro patas, las traseras y las alas, que plegadas parecen muñones.

Ya –sintéticamente- lo tenemos todo, basta encontrar especies de aves que sepan hablar ¡las tenemos! Las de los loros. Pero ni todos los monos son hombres ni todos los loros ángeles, seguramente.

Los ángeles han de ser bípedos, inteligentes y bellos. Los papagayos y los guacamayos lo son. Viven refugiados en el fondo de las selvas. Cabe preguntarse ¿por qué? Probablemente por el acoso del hombre viven escondido en lo más recóndito del Paraíso, en lo que queda del Edén.

No creo que nadie me crea. Y me alegro de ello, porque si no, en peligro estarían esos ángeles, a los que tomarían, sin duda, por pobres diablos y el hombre acabaría con ellos, como –por otras razones- viene haciendo continuamente.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

hola, segundo intento de comunicarme contigo, que las tecnologias y yo no nos apañamos bien, ante todo felicitarte por el bloc y presentarme, soy elena, compañera y amiga de ana en el estudio bab, contadora de historias (para que me ubiques).
probablemente lo de angel bueno y angel malo ha sido un de tantos intentos y exitos de la humanidad para consiguir quitarse de encima aquello que le molesta, por politicamente incorrecto o por subversivo segun sus pautas sociales o por incomodo para una convivencia "comoda". afortunademente todos somos buenos y malos segun el criterio individual e intransferible de cada cual. que los buenos buenos son dictadores y los malos malos tambien y en honor a esa verdad hacen las mayores burradas. o eso creo yo, que lo mejor son los grises con color. a ver si este comentario te llega. un saludo , elena

Saltes dijo...

Hola Elena ¡qué gusto saber de tí!No pierdo las esperanzas de verte contando historias. Avísame por favor. Aquí mismo es un buen sitio.

Aquí me tienes contando historias, que las vacaciones son muy largas y no puedo pasar tanto tiempo sin meter rollos...

Puede que cuente aquí la historia del patito bobo abandonado en el Retiro.

Un beso muy fuerte y hasta pronto.

Rafol dijo...

Que buena la analogia de las aves y los angeles!
La próxima vez que me cague una paloma encima miraré al cielo y daré gracias por la señal divina que se me ha mostrado, "¡¡que bien que me ha cagado un angel!!" :-)

Saltes dijo...

¡Pues sí que es una ventaja Rafol!También tengo experiencias de cagadas sagradas, porque cuando estuve en la India pasé al ladito de una vaca y en ese momento justo empezó a rilarse por las patas, y un goterón me cayó en una de mis botas de lona.

Y no eran de lona por casualidad, sino intencionadamente, ya que los jainistas, que se cubren la boca con una tela como los cirujanos para no tragarse involuntariamente ningún mosquito, porque respetan la vida tan escrupulosamente que previenen tal eventualidad, tienen prohibido a los que visitan sus templos el uso de objetos fabricados con piel de animales muertos.

Uno se pregunta ¿y qué coño comen los jainistas? Pues nueces, frutos secos en general ¡y leche materna humana! Aunque reconocen que es escasa y tienen que andar con sucedáneos.

Cuando volví a Madrid me lavaron las botas, por lo que perdería -supongo- el beneficio de la bendición bovina.