Tras el dibujo del Salterio:
EL MÍSTICISMO ATEO.
Dedicado a Javi, que le interesa el tema y además hoy es su cumple.
Me resulta extrañísimo que la metafísica tenga tan pocos partidarios. A mí me parece un tema fundamental porque creo que la metafísica no es más que lo relativo a la debida expresión de lo que las cosas son. A tal fin se usa preferentemente el verbo ser. De hecho siempre que se emplea ese verbo se está metafisiqueando. ¡Y anda que no se emplea nada!
Lo que suele pasar a la gente que no es creyente, que ahora hay mucha, es que todo lo que le suena a divino lo rechaza de plano sin pensar. Y ocurre, como ocurre siempre que se procede de ese modo, que se tira al niño con el agua sucia del baño.
La metafísica y la mística no son, ni pueden ser, propiedad exclusiva de los creyentes, y no se puede permitir que las arrebaten a todos los demás. Porque si la mística se ocupa habitualmente de Dios, es porque se infiere, diría que abusivamente, que el ser absoluto es Dios. Pero si nos ocupamos de lo absoluto, esencial y profundo del ser ¿no es eso mística? El que en ese lugar se coloque o no a Dios es harina de otro costal.
De colocar ahí a Dios surge toda la mística teológica, al definirlo principio y fin de todas las cosas, creador de todo cuanto existe, el que le otorga el ser. Por lo que se podría decir que Dios es el Cogollo mismo del ser, el Divino Meollo.
Se supone que Dios es la causa de todos los efectos que conocemos o quedan por conocer. Pero de tal causa nada más sabemos, ni podemos saber. Dicen que por la vía racional no, pero sí entrando en el estado de trance ¡Pero bueno!
Pero la cosa no para aquí, porque ¿qué importancia puede tener llamar o no llamar Dios a ese principio desconocido del que no se puede decir autorizadamente nada, absolutamente nada? Pero no se andan con pijadas sino que atribuyen abusivamente a Dios cualidades, características y conductas divinas que se han inventado los inventores de las diversas religiones.
Porque el papel que le atribuyen a Dios en las diversas religiones no es el de ser supremo y absoluto, sino el de tabú indiscutible. De modo que lo que se ha divinizado, y por ello sacralizado, ya no se discute ¡pues viva la pepa! Se hará con buena o con mala intención o con las dos, pero en cualquier caso se hace abusivamente.
No nos engañemos: Por delante de Dios hay un campo inmenso descubierto o por descubrir. Dios en cambio es ignoto. Y antes ¿hay algo antes?
Hay doctrinas que hablan de eso. Sé de dos, una es sufí y la otra hindú. Vienen a decir ambas que Dios viene a ser la primera manifestación fenomenológica de otro ser más único, más puro, y por ello incomprensible e inalcanzable, ya que no se puede tener la más mínima percepción directa suya. Del que no se puede decir con fundamento nada, absolutamente nada. De tal manera Dios no sería el creador, sino el primer ser creado. ¡Tela marinera!
Parece lógico que de Dios no se pueda decir nada, ni siquiera que exista realmente. Y menos aún de quien le precede. Por eso, en el plano racional, creer, o no creer en Dios, o no saber que creer, no importa nada. Ni siquiera para la mística. Por lo que se puede ser místico y a la vez ateo o agnóstico, porque la mística no es, necesariamente, estar subyugado por Dios, sino por el tema del ser en su forma más aguda, y también –supongo- por el del no ser.
Pues si no se puede saber nada de Dios ¿a qué vienen tantos rollos? Si no se le manoseara como se le manosea habría muchos menos ateos ¿Por qué han de decir que Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza? ¡Eso es una blasfemia!
2 comentarios:
fdfd
interesante buscar el misticimo desde una perspectiva mas humana alejado de la palabra dios.Hay que dejar claro mistico no es igual a dios.
Publicar un comentario