Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

miércoles, 16 de agosto de 2017

Por encima de lo bueno y de lo malo.


SUPREMACISTAS.

No acababa yo de caer en la cuenta ¡pero por fin! los nacionalistas son supremacistas.

Los de Cataluña y los de cualquier sitio.

Es que claro, los currantes emigrantes, a largo plazo, y los turistas, a corto plazo, no son "trigo limpio" para los nacionalistas. Porque no vienen desprovistos de su lengua, de su ideología, de sus costumbres, de sus convicciones. Y claro, como pueden ser muchos, promedian. Y los nacionalistas que son localistas acérrimos ¡no lo pueden soportar! y se ponen de lo más intransigentes. Se hacen de la voz cantante y son a los que más se les oye y los que más se les ve.

Con frecuencia los emigrantes sufren el "síndrome de Estocolmo" y se ponen del lado de los opresores para evitar la opresión sobre sus propias costillas. Porque los nacionalistas reclaman la supremacía de su cultura local sobre otras variedades culturales, aunque sean de su propia nación, que terminan por rechazar como tal, y cortan por lo sano y se declaran independentistas. Para lo cual proclaman autoconvencidos que su región es una nación.

Para mí está muy claro que los supremacistas son más bien fachas, porque reclaman la supremacía para su casta. Más derechos de los que tienen el resto de la población ¡porque sí! porque se creen con derechos que otros habitantes de la región carecen, aunque hayan nacido también allí. Porque tiene sentido hablar de emigrantes para los que emigran. Pero que se les llame "emigrantes de segunda generación" a los nacidos en el país de padres emigrantes ¡clama al cielo! Y creo que también hay "emigrantes de tercera generación"...

¿Y qué tengo yo que decirle a los supremacistas más allá de que les he visto la patita? ¡Pues nada!

Mientras sí que le tengo que decir a los abrumados y a los desclasados y colaboracionistas:

A los primeros que no se abrumen, que tengan paciencia y estén al loro, que los que reclaman supremacía tienen los pies de barro. Y a los otros que no se desclasen y que no colaboren con los supremacistas. Que rechacen sus marrullerías y sus fraudes ¡Que no se dejen comer el coco! Y desde luego que no los voten en el futuro, que ya ven lo que hacen con la exigua mayoría cogida por los pelos.




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