Juego de ricos.

EL TIMO DEL ARTE.

Leo en El País del 16 de diciembre del año pasado un artículo de Bárbara Celis titulado Timo de alto nivel en la cúpula del arte. Que comienza así: El belga Pierre Lagrange era uno de esos escasísimos afortunados que pueden sentarse en el salón de su casa y deleitarse con piezas de la exclusiva tribu de los expresionistas abstractos...Dice a continuación que en 2007 adquirió un Pollok por 13 millones de € en la galería neoyorquina Knoedle & Company que luego resultó ser falso.

Lo que me lleva a pensar varias cosas:

Que los cuadros expresionista amaericanos son mucho menos exclusivos que los míos, habida cuenta de que los míos figuran en muchas menos colecciones. Ergo son muchos menos los afortunados que pueden darse el lujo de sentarse en el salón de su casa y deleitarse con uno de ellos ¡los hay! pero son pocos.

Que a pesar de que todos mis cuadros son auténtico puede que, llegado el caso, me costería demostrarlo.

Que con 13 millones de € ¡que es una pasta! más de dos mil millones de pelas, se podrían comprar todos mis cuadros, los que he pintado y los que pinte hasta el resto de mis días. También el estudio que tengo en casa, y la propia casa y las de muchos vecinos ¡Todo eso por el precio de una tela llena de churretones! Que es un arte que no discuto, y que me encanta ¡pero son churretones!

Que cómo es posible que de pronto descubran que algo tan valioso es falso ¿Cómo no se han dado cuenta antes? Eso no es dar gato por liebre ¡eso es dar gato por elefante! Tendría que ser evidente. Dice que han llegado a la conclusión de la falsedad porque han encontrado trazas de pigmentos inexistentes en la época de Pollok ¡Qué locura!

Qué ¿qué es eso de ser falso? ¿porque no es de la mano del que se afirma que es? de Pollk en este caso. Eso es hacer sinónimos autenticidad y autografía. creo que lo auténtico en Pollokes es su estilo. Una auténtica mayonesa, por ejemplo, no es la que en su día del siglo XVIII hiciera un cocinero en Mahon. Sino una salsa de aceite y huevo con pizcas de limón o vinagre y sal ¿Todas las mayonesas que se han tomado y se tomarán son falsas? ¿Y toda la música antigua es falsa si está escrita en partituras impresas recientemente? e interpretadas o dirigidas por músicos que no son los auténticos autores porque a estas horas ya están difuntos? ¿Es más auténtica La colmena manuscrita por Cela copiando un ejemplar impreso por encargo de una caja de ahorros a cambio de una pasta que los ejemplares de esa novela que se venden en las librerías?

Lo que pasa es que si no tuviera truco todo esto no sería más que una memez de tamaño gigantesco.

El truco es que el arte ha derivado en un sumidero de pasta escandaloso. Las obras de arte antiguas y modernas, convencionales y provocadoras se han convertido en fetiches, objetos suntuarios de los más ricos con los que marcan las diferencias. Vienen a ser agujeros negros dinerarios cuyo valor intentan mantener artificialmente.

Este modo de ahorrar debe ser mucho menos seguro de lo que parece, aunque quede garantizada la autenticidad. Pero de declararse falsa alguna de esas millonarias obras de arte el correspondiente agujero negro se volatilizaría ¡y menuda la que se organiza! Por eso lo que parece que se ha volatilizado, o está a punto de hacerlo, es la galería neoyorquina Knoedle & Company después de 165 años de condensar pasta en esos paradójicos agujeros negros de colorines.