Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

jueves, 23 de octubre de 2025

No hay que asustarse por eso.

CATRINA.

Hoy me voy a poner escatológico, 

voy a versar sobre la muerte.

Porque somos canoa.

Recuerdo que en Punta Umbría se clasificaban los barcos en dos grupos, las canoas y los bateles. Las canoas tienen la proa en punta pero la popa no, es ancha, mientras que los bateles tienen punta en la proa y en la popa. Lo digo porque si consideramos que la vida humana tiene dos extremos, el nacimiento y la muerte, ambos son muy distintos. Porque se nace pequeño y se muere grande. Quedando un voluminoso fardo de despojos.

La muerte da miedo, y eso no mola.

La finalidad de este post, aparte de ser, como todos, un fin en sí mismo, es quitarle hierro al asunto.

Porque tengo la sensación de que el trance mortal no es violento. No es agresivo. No es desagradable. Me atrevería a decir que es agradable.

Me contaba mi amigo Rafael que nuestro común amigo Gerardo estaba trabajando con sus ayudantes, se sintió muy cansado, le entró sueño, le dijo a los que trabajaban con él que se iba a dormir, cuando en realidad se iba a morir. Fue un final plácido, tranquilo, sin violencia.

Incluso he notado un rasgo tranquilo en fotos de cadáveres que han muerto como efecto de la violencia.

De modo que tranqui, que si bien somos canoa, para este trascendental asunto también somos bateles.