Salterio Online

Bienvenidos al blog de Tomás Garcia Asensio también conocido como Saltés. Los que me conocen sabrán de que va esto, y los que no, lo irán descubriendo...

domingo, 25 de mayo de 2008

A media mierda.

Este post, precedido por este dibujo del Salterio, se lo dedico a los seguidores de este blog en América.




















ARISTOCRÁTICA SABIDURÍA.



Me contaba mi amigo Pove que le oyó a una marquesa de Córdoba una reflexión muy provechosa: “La gente cree que lo elegante es que las cosas estén nuevas, limpias y relucientes, y no es verdad. Lo elegante es que las cosas estén a media mierda”.

En la propia Andalucía hay mucha gente que adorna sus casas con cacharros de cobre y latón brillantes y relucientes y eso queda vulgar y demasiado castizo. Hay todo un tratado a favor de la tesis de la marquesa y en contra del casticismo chillón, que es de obligada lectura porque trata el asunto con extensión y profundidad, se titula “El elogio de la sombra” debida al japonés Tanizaki.

Esa tesis de la suciedad moderada tiene pocos partidarios porque se inculca en la población los peligros que la suciedad conlleva, y el horror a la contaminación, pero en eso hay mucha confusión. Para ilustrarlo voy a poner un ejemplo:

Mi amigo José Luis es un biólogo que estudia las células salivares de las larvas de unos mosquitos porque tienen la particularidad de mostrar sus cromosomas continuamente y no tan sólo cuando van a dividirse, que es la regla general. Hablaba de estos temas con otros amigos, Pilar y Víctor y al describir esta larvas que son relativamente grandes Pilar se dio cuenta que eran las mismas o muy parecidas a una que había en un arroyuelo cercano a su casa de campo. Las describió y efectivamente José Luis las reconoció.

Dijo Pilar que ya no había tales gusanos porque había purificado ese sucio y contaminado arroyo con unos chorritos de lejía, y ahora corría claro, limpio y cristalino.

¡Es al revés, es ahora cuando el arroyo está contaminado! Ahora es cuando está mortalmente envenenado, y antes estaba lleno de vida. Eso es lo que no entienden nuestros compatriotas cuando van a la India o a Marruecos y no ven más que miseria, y no sienten más que lástima y están ciegos a unas manifestaciones culturales que son hermosísimas. Y están igualmente ciegos a nuestras propias miserias, que son muchas, como el que mueran decenas de personas en accidentes de tráfico cualquier fin de semana. O que haya desempleados abandonados a su suerte. O que fallezcan ancianos en la soledad de sus casas sin que nadie lo advierta. O que vivamos verdaderamente incomunicados viendo y oyendo a los pseudo personajes de la tele y de la radio, hablando solos y tomando ejemplo de esa realidad virtual, que es una falsa realidad, pero como efecto de ello nuestra propia vida se empequeñece y se afea.

Lo propio de nuestra cultura es que todo tiene que estar limpio y reluciente. Barnizan –como dije en el post anterior- los cuadros que no hay que barnizar porque se destruyen, y no se percibe el desastre. Por el contrario están tan felices de verlos tan impolutos. Si hubieran seguido esa doctrina los chinos que descubrieron y restauraron los famosos bronces antiguos, en vez de tener, como se tiene, un tesoro se tendría una cacharrería.

Vivimos en paradójicos desiertos porque están atiborrados de gente con la que no nos comunicamos, donde hay que pagar por todo, pero nos tranquiliza el que no tengan ni una mota de polvo y de tenerla podemos disponer de todo un arsenal purificador para eliminarla.



lunes, 19 de mayo de 2008

El signo de los tiempos.

A la vuelta del otro mundo -me refiero al nuevo- le dedico este post, precedido por esta secuencia del Salterio, a Ana y a Rafa que tan bien me han guardado el huerto.
CRIMEN EN EL MUSEO.


La 4ª planta del MOMA alberga, seguramente, la mayor colección del mundo mundial de pintura del siglo XX: cezannes, vangoghes, gauguines, picassos, braques, mirós, mondrianes, faubistas, expresionistas, cubistas, surrealistas ¡yo qué sé, la rejostia! Algo tremebundo que vale una pasta que no está en los escritos.

¿Sería imaginable que los restauradores del museo se fueran cargando uno a uno todos los cuadros hasta no dejar títere con cabeza?

No sé si sería imaginable. Lo que si sé ¡es que lo han hecho!

No estoy de coña. Es la pura verdad. Salvo un cuadro de Schuitters que al estar detrás de un cristal les debió dar pereza se salvó y poco más. Todo ha sido dañado por el celo destructor de los restauradores. Un gran cuadro de Miró ha quedado herido de muerte. Por supuesto que a las Demoiselles d´Avignon las han jodido ¡un horror!

¡Es un crimen que pasa inadvertido! El público que abarrota el museo no se entera, o por lo menos no dice nada. A los eruditos tampoco les he oído nada ¡es increíble!

Me diréis que por qué digo esto. Pues porque lo he visto. ¿No estaré confundido? Pues no lo estoy. Lo he visto con estos ojitos…

No creo que os haya convencido, sobre todo si hace mucho tiempo que no vais a este museo o si aún no habéis ido. Por eso voy a argumentar un poco.

Ya sabéis que lo esencial en un cuadro es la proporción entre las partes que lo componen, respecto al claro-oscuro y al cromatismo. Y que esa proporción es muy frágil. Y que ella solita se deteriora con el paso del tiempo. Y que la conservación y restauración son asuntos muy delicados. Y que si no se hace bien se jode la marrana.

Bueno, pues esta gentuza lo ha hecho de puta pena. Ha barnizado a gogó y la característica calidad aterciopelada y a veces casi polvorienta del óleo se ha ido al carajo. Han acantuado los oscuros, así como los claros y la mayoría de las medias tintas junto con los matices han pasado a mejor vida. Porque el barniz oscurece –por lo general- mucho más los colores que el aceite del óleo y estos desaprensivos al añadirles tanto barniz se los han cargado ¿Y este desaguisado tiene arreglo? Mucho me temo que no lo tiene ¡Si es que no falla, el criminal casi siempre está en el entorno familiar!

Las cosas nunca ocurren por casualidad Ahora estamos muy afanados en la muerte del arte. Lo de Duchamp no iba de broma. Los bigotes de la Gioconda no es un chascarrillo ¡Es el signo de los tiempos!: ¡¡La insensibilidad y el estereotipo!!

domingo, 11 de mayo de 2008

No ser nada

A pesar de encontrarme ahora mismo al otro lado del charco, no pienso faltar a mi cita semanal con mis lectores. Así que tras este dibujo del Salterio, este post se lo dedico a Ana y a Rafol que han sido subcontratados para gestionar este blog durante mi ausencia.

Mi amigo Mario me contó orgulloso que un día le presentó una ilustre amiga a alguien. Quien dijo “¿No nos conocemos ya? ¿Tú no eres arquitecto?” Evidentemente estaba confundido y Mario contestó:“ No soy arquitecto. Yo no soy nada”.

Hace unos días a mi amiga Eli le dije, porque estaba confundido, algo así como “Vaya con la dentista”. Y dijo: “Yo no soy dentista. Yo no soy nada”.

No ser nada me pareció fantástico. Me pareció que es ser lo más que se pueda ser. Y el caso es que no sabía por qué. Así que me puse a pensar en ello.

El idioma castellano es muy elíptico, de modo que cada oración consta de una parte explícita y otra sobre entendida. Por ejemplo si digo “me voy a operar de amigdalitis” no se entiende que me voy a operar como si me voy a afeitar, sino que me va a operar un médico otorrino, en el quirófano de un hospital,
que me van a anestesiar etc. etc.

Y si dicen “no soy nada” no es que no sea nada, que no existe o algo así. Ni tampoco que no valga nada, porque esos amigos a los que me he referido valen muchísimo. ¿Qué quiere decir entonces?

Realmente no sé lo que quiere decir. Puede que quiera decir: “no soy nada fardante” o también, querrá decir ”No soy nada…más que yo.”

Y eso ¿es mucho o es poco? Para un figurón poquísimo. Para uno que no lo sea puede que muchísimo. Por ejemplo es muchísimo para Sri Ramama Maharshi.

¿Y quien es ese señor? Pues un líder espiritual hindú, autor entre otras obras de “Sé lo que eres”, que me leí hasta la mitad, que no es poco, y me llamó mucho la atención porque me pareció que se muestra partidario del yo y enemigo del ego.

Es una paradoja porque yo y ego parecen palabras sinónimas. Puede que lo sean, o puede que no. Si no son sinónimas, YO es mi esencia misma, mi “mónada” sin putas ventanas. Mientras que mi EGO tiene ventanas con geranios. Y tantos adornos no suman, sino que restan y perturban. Por eso NO SER NADA es lo más cojonudo que se puede ser.

domingo, 4 de mayo de 2008

¡En qué manos estamos!

Este post, que se inicia con este dibujo del Salterio y que consta de tres historias, se lo dedico a todos los amigos a los que nombro en ellas .
EL TARRILLO VERDE.
En esta historia no intervienen más que manos excelentes.

A mi amigo de postín Inoldo * le anestesió nuestro amigo común Pedro para que le operara de cataratas su esposa que se llama Ana.

Al ser amigos todos de toda la vida y conociéndose mejor que bien, no se fiaba el anestesista del anestesiando, temiendo que se pusiera demasiado nervioso. Así que lo tranquilizó a fondo con una anestesia que tenía en un tarrillo verde. Y la cosa funcionó perfectamente.

Durante la operación no dio el paciente muestras de intranquilidad, mostrándose muy relajado y locuaz. No es que se le entendiera todo, pero podríamos decir que su verbo resultaba un poco porno, por lo que los médicos estaban temerosos de que la monja-enfermera que estaba asistiendo se pudiera escandalizar. Cosa improbable porque estas religiosas parecen místicas pero no son tontas. Tras la operación no se privó de decir: “¡vaya, doctores, con su amigo…!

Despierto ya de su sueño le preguntaron que cómo se había sentido en el transcurso de la operación, a lo que respondió: “¡De puta madre! Me he tirado a tres dominicanas e iba por la cuarta cuando me habéis despertado”.

Es por esto que cuando sabemos de alguien al que le va a anestesiar Pedro le decimos que le diga que le ponga la anestesia del tarrillo verde.

Tenemos otra pareja de amigos, Berni y Pedro, de la que ella también es médico, dominicana y guapísima, y un día nos reunimos todos a cenar. Temerosos de que Inoldo cometiera una imprudencia, le dijimos que se cortara un pelo, pero él nos tranquilizó, aunque –la verdad- no nos quedamos tranquilos, temiendo lo peor.

Efectivamente en el curso de la conversación salió el tema de la operación, del tarrillo verde y de las dominicanas del sueño. Inoldo, para evitar incomodidades y mal entendidos aclaró a nuestra amiga: “¡Ah! Y a ti no te vi. en el grupo”.


LAS APARIENCIAS ENGAÑAN.

Las manos de esta historia son buenas, la boca peor.

Me contó mi amigo Pove * lo que le oyó a un amigo al que le habían operado a corazón abierto.

Terminada la operación, fuera de peligro y en franca recuperación el enfermo fue visitado por el cirujano que le había operado. Quien con indulgente sonrisa y actitud autocomplaciente le vino a informar de los pormenores de su exitosa intervención, mostrándose receptivo a la obligada gratitud de su paciente.

El enfermo, como no podía ser menos, le dio las gracias a su médico, que se mostró satisfecho. Pero le dijo algo más:

- Lo oí todo.
- ¿Cómo dice?
- Que lo oí todo.
- ¡?
- Como efecto de la anestesia, efectivamente, no sentí dolor. Ni podía moverme. Ni articular palabra. Pero ¡lo oí todo!
- Oyó ¿qué?
- Oí como le decía usted a su ayudante:
- “¡Corta tú!”, a lo que respondió:
- “¡¿Yo?!”.
- Sí, tú.

Sigue un silencio y de pronto se le oye a usted gritar :

¡Pero ¿qué haces?! ¡¡Que te lo cargas hostias!!
- ¡¡¡¿Qué hago ahora?!!!
- ¡¡¡¡Sigue joder. Ya te lo has cargado. Qué más da!!!!

El médico se quedó de piedra. No sabía qué decir. Pero el enfermo le restó importancia al incidente. Después de todo le había salvado la vida. Aunque con el susto que le dio podía haberlo mandado al otro barrio.

¡FELIZ AÑO NUEVO!

Estas manos son locas, como su dueño.

Me contaba mi amigo Emilio, que en una ocasión, en los albores de su ejercicio, como médico residente, algunos compañeros que estaban de guardia en la UVI en la noche de Año Viejo brindaban con cava la Entrada de Año. Era un ambiente muy triste pero había que sobreponerse. Y alguno que ya había brindado varias veces seguidas, viendo a los pobres enfermos inconscientes y entubados le echaban un chorrito de cava en el recipiente del goteo ¡Joder, para que también celebraran el Año Nuevo, brindaran y se alegraran un poco!

No era sadismo, lo hacían con la mejor intención y tampoco estaba claro que les fuera a perjudicar ¡Y hasta era posible que les beneficiara! ¡¡¡La medicina es una ciencia y un arte!!!

*"Cliqueando" en el nombre en rojo sale otro post relativo a este amigo.